Minino (Dekubaku) Finalizada

Capitulo 14

Denki toco la puerta esperando una respuesta, pero al no recibir respuesta tomo la perilla y la giro, al entrar pudo ver a su hermano con una maleta en su cama mientras metía ropa y objetos de primera necesidad en ella.

-¿A dónde vas? — preguntó al peliverde el cual solo lo vio de reojo para seguir guardando sus cosas.

-Ese no es asunto tuyo – espeto con la voz ronca por tanto haber gritado y llorado el día anterior.

-Pero yo... No puedes irte, yo no quiero que te vayas. – dijo con tristeza, tan suave que de no ser por las orejas de gato Izuku tal vez ni lo hubiera escuchado.

Deku se giró para ver a su hermano, pudo ver sus ojos enrojecidos tal vez no más que los suyos, pero aun así rojos y brillantes, tal vez por las lágrimas que se encontraba derramando, pero por una vez en su vida no le importo el ver así a su hermano, sentía que no le importaba absolutamente nada.

-Lo que tú quieras a mí no me importa y estoy seguro que lo que yo quiera a ti tampoco te importa, eso ya me quedo más que claro. – hablo con voz gélida y fría que provocaría escalofríos en cualquiera que lo oyera.

-Eso no es así – hablo Denki con un nudo en la garganta — sé que estas furioso por lo que pasó, está más que justificable que estés así, pero irte no es la solución, eso no te llevará a ningún lugar. – hablaba con sus manos temblando por el miedo de haber perdido a su hermano, de que este se fuera y nunca regresara, se sentía preocupado y angustiado al ver su apariencia tan desalineada, él siempre había sido de los que no le gustaba salir de su casa si no estaba bien peinado y con un atuendo elegante o llamativo para los demás, pero ahora estaba vestido con su misma ropa de ayer, toda arrugada y un tanto sucia, sus ojos estaban rojos e hinchados, su rostro estaba manchado con rastros de lágrimas, pero su mirada era tan fría como un tempano de hielo y eso lo asustaba, jamás lo vio de esa manera. Ahogo un sollozo al pensar en todo lo que estaba sufriendo por su culpa, todo por unos celos que no tenían justificación ya que ni su hermano ni Katsuki le habían hecho algo para que él les hiciera algo tan cruel.

-Por supuesto que me llevará a algún lugar, me llevará a un lugar lo más apartado de ti y de Ka... Bakugo, no quiero estar cerca de ustedes. Nunca más — dijo eso último en un suave susurro con voz lastimera.

-Izuku... Por favor, escúchame — rogo a alguien que parecía más un muñeco vacío sin emociones —, yo realmente lo lamento, yo realmente siento mucho lo que te hice, jamás podré perdonarme – hablaba para sí mismo ya que el peliverde estaba más que perdido en sus pensamientos, no quería oír unas disculpas que no cambiarían nada, que no lo harían sentir mejor, que solo provocaban más dolor al ver como una persona que una vez quiso ahora imploraba por su perdón. Se preguntó si alguna vez Katsuki se disculparía, o si tan solo sintiera remordimiento por lo ocurrido, pero desecho ese pensamiento al darse cuenta que tal vez el cenizo solo había dicho la verdad.

Izuku al ver las lágrimas de su hermano apartó la mirada, no quería tenerle compasión, no cuando él no la tuvo con él.
-Ya es muy tarde Denki — interrumpió —. Solo basta de todo esto, basta de… querer arreglar algo que ya está roto — dijo mientras cerraba su maleta y por último sacaba una pequeña caja de terciopelo roja de la gaveta de su mesita de noche.
El rubio observó esa pequeña caja al igual que su hermano.

Deku acercó la caja más a su rostro y la abrió, una lágrima salió de su ojo la cual limpio con su puño con demasiada fuerza.

-Yo... Yo quería que mamá y papá lo conocieran, que supieran quien era la persona que me hacía tan feliz — habló con voz suave mientras sonreía al ver lo que había dentro de la caja y otra lágrima más rodaba en su mejilla —, estaba tan feliz de por primera vez decirle a mamá que me había enamorado y que había encontrado a mi destinado "aquella persona que me amaría sin importar nada" — hablo con un nudo en la garganta y dejando que las lágrimas cayeran mojando sus mejillas — aquella que... Aquella que... ¿Dios por qué? – suspiro — ¿Porque me enseñaste lo que era la felicidad para luego arrebatármela y destrozarme? —  miraba al techo como si esperara alguna respuesta divina. — ¿por qué? — preguntó esta vez a su hermano — ¿porque se empeñan tanto en mi fama? ¿es que acaso mi pasado es lo único que me define? – sus lágrimas rodaron con más intensidad mientras caía al suelo de rodillas, se sentía fatal y sin fuerzas –, no soy nada para él y para ti tampoco —hablo al levantar la mirada y ver a su hermano el cual solo cubrió su boca para no empezar a gritar y pedir perdón al ver lo que había hecho, y es que nunca se imaginó que su hermano también se acomplejara por su pasado, por todo lo que hizo y fue.