La casa oscura

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¿No hay veces en las que te sientes arrepentido de lo que haces o lo que dices?
Esa es mi situación de todos los días, sigo sin asimilar las cosas que hago, las cosas que pienso, las cosas que digo, porque a veces son tonterías o cosas que luego me dejan mal, cada año me siento peor que el anterior, cometiendo errores peores que los de antes.

Estaba hechada, en posición fetal, escuchando música, y con algunas lágrimas, no me gustaba sentirme así, la señora Keilyn se había enojado conmigo, me dijo varias cosas y en el fondo sentía que ella solo quería dejarme sola, como las otras familias que tuve. De verdad no quería pasar por lo mismo. Tomé mi teléfono y le puse pausa a la música, me senté en la cama, mirando los pósters y álbumes que tenía, mi estómago me quemaba, no había comido nada, solo ese raro "té" que me habían dado, quería ir a comer algo, pero eso significaba enfrentar y ver a mamá enojada, no quería sentirme peor. Me paré para ver por el vidrio, si como había una niebla, que cubría toda la piscina de mi casa, casi nunca había niebla, era como si supiera que algo estaba mal. Pero esa duda fue interrumpida.

Un sonido hizo que me distrajera, un chirrido agudo y desconcertante, mi piel se había enchinado. Era un sonido que no pertenecía a la casa, o a lo que habitualmente conocía, que resonaba en la oscuridad de la casa, quise moverme, pero algo en mi cuerpo decía que no avanzará, que era algo que me pondría en peligro, fue entonces que escuché un grito de la señora Keilyn.

- ¡Elisabeth! - gritaba cada vez más fuerte.

Fue entonces que corrí, abrí la puerta y bajé las escaleras, toda la casa estaba oscura, a excepción de que la chimenea estaba encendida, tenía mucho miedo. Bajaba poco a poco las escaleras, trataba de que no se escuchara absolutamente nada, tenía frío, y mis ojos estaban muy cansados, cuando ya estaba en el primer piso, vi a la señora Keilyn, ella estaba tirada en el suelo, tenía sangre en el cuello y un corte en la frente a la izquierda, luego otro por su mano y sus pómulos, podía ver como salía sangre de cada uno, me quedé inmóvil, por lo que poco a poco doblé mis rodillas para verla.

- Eli - dijo un poco agotada - sé que no te creí, pero tienes que irte ahora - dijo apresurada - corre.
- ¿Qué? - dije un poco desesperada - ¿qué te pasó? - dije - ¿qué - pause - qué sucedió?
- ¡Vete! - respondió.
- ¡No!, no me iré sin ti - dije mientras unas lágrimas salían de mis ojos.

Lo primero que se pasó por mi mente fue llamar al señor Lyre por el amuleto, lo tenía en el bolsillo derecho de mi short, aunque fue difícil, estaba un poco agitada y asustada, no entendía nada, tragué saliva y traté de controlarme, busqué en mis bolsillos, apenas lo encontré, lo activé.

- Señor Ly - dije. Pero mi voz se cortó.

Escuché algo, algo como un gruñido, no quería dejar sola a mamá, ella estaba inconsciente, traté de ponerla en un lugar seguro, pero mi fuerza era muy poca, tuve que poner algunas cosas para taparla y que esa cosa que estaba en la casa no le hiciera daño.

Traté de no hacer bulla...

- ¿Elisabeth? - dijo el amuleto.

Eso hizo que la bestia viniera, escuché como saltó y como el vidrio cayó por todos lados, me escondí, fui a la cocina, abajo de la mesa, era evidente que el monstruo vendría por mí. Cuando llegó pude ver sus patas, eran peludas y tenían garras de un color negro azulado; estaba un poco agitada, por lo que respiré hondo para calmarme, pero sentí como si ese respiro me hubiera hecho doler la cabeza, traté de ignorarlo, fue cuando la bestia bajó la cabeza y me vio fijamente a los ojos, sus ojos eran color rojo, que parecían brillar por la oscuridad.

Me quedé paralizada, fue entonces que él reaccionó e hizo caer la mesa y muchas sillas, yo corrí, aunque, era evidente, él ya me tenía atrapada, saltó encima mío y me clavó sus garras en los brazos y piernas, la sangre iba saliendo poco a poco, traté de recomponerme y avanzar un poco, no pude, la sangre seguía chorreando, yo estaba con más dolor de cabeza, el cual era peor que el que tuve en la mañana. El animal caminó así hacia mí, cuando vi que volvería a atacar, puse mi mano, fue como una reacción espontánea, aparte de cerrar mis ojos; apenas los cerré, sonó un plato y todo se quedó callado, solo escuchaba mi respiración, abrí los ojos, vi como la bestia estaba tirada en el suelo, con pedazos de la losa del plato que estaban en su cabeza, había sangre, pero eso no era suficiente antes de que se parara, alguien le cortó la cabeza, fue cuando me levanté con cuidado, era Liam, el cual guardó su arma y fue a verme.

Se acercó a mí rápidamente y se quedó mirando, para luego intentar abrazarme. Fue un abrazo rápido y no tan fuerte, casi como un gesto de amistad, y luego se apartó, con la cara llena de preocupación. Mi sangre manchaba el suelo, y me dolía cada una de mis heridas. Nunca había sentido ese dolor, me ardían.

En ese momento, el señor Lyremoon apareció y, con su ayuda, me ayudó a pararme. Pero en el intento, me desmayé.

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⏰ Última actualización: 6 hours ago ⏰

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