- Las uñas no lo son todo, Ana.- digo poniendo los ojos en blanco.
- Lo sé, pero todo cuenta. Es parte del outfit y debo de estar perfecta.- responde mirándose al espejo.
Lleva así horas y ya me he hartado de decirle que deje de observarse tanta a sí misma y deje que la peluquera termine de alisarle el pelo.
- Mis tirabuzones están perfectos, gracias.
- No hay de qué. Ya puedes levantarte.
Le sonrío a la peluquera que me estaba peinando a mí y le pago el dinero que le debemos.
- Ya te lo devuelvo después, Alice.
- Más te vale.
Ana sonríe con picardía. Ambas sabemos que no se acordará de ello y tendré que mencionárselo cada vez que nos veamos.
Quizá pasen meses y todavía no me haya pagado, pero siempre termina haciéndolo en algún momento.El reloj da las nueve en punto de la mañana y comienzo a desesperarme al verla hacerse fotos como si nada.
- Tenemos que darnos prisa, Ana. No quiero comenzar primero de Bachillerato llegando tarde.
- Un minuto.- levanta el dedo índice, mientras se saca la última foto.
En el coche de mi madre, reviso Instagram y sé que Ana observa mi móvil con detención.
Estamos a dos asientos más atrás que ella, así que sé que a mi mejor amiga no le va a importar preguntarme qué hago mirando el perfil de Mark por milésima vez esta semana.
Es tan guapo. Todas sus fotos son de su cara o de sus conjuntos de ropa y luce muy bien en todas y cada una de ellas.- Ojalá me toque con él. - suspiro.
- Hay ciertas posibilidades de que sí y otras de que no, pero confiemos en que hayáis escogido asignaturas similares.
- Han repartido las listas con el DNI de cada uno y debido a que hay seis clases, podría tocarme con él o no.
La verdad es que he perdido un poco la esperanza. El año pasado sí pude estar con él en clase, pero nunca me atreví a hablar con él. Solamente intercambiábamos miradas, y eran bastante pocas.
- Ya hemos llegado, chicas. Corred, que ya han entrado todos.
Es cierto lo que dice mi madre. No hay nadie a las puertas del instituto.
Pongo el móvil en modo avión para que no suene en mitad de ninguna clase, y le aprieto la mano a Ana.
Agradezco que me haya tocado con ella en clase, pero sigo pensando inevitablemente en Mark.
El barullo de los pasillos es el sonido de adolescentes impacientes por saber con quién les tocará en clases y cómo será esta nueva aventura.
- Todo va a salir bien.- me sonríe Ana, al notar mi nerviosismo.
- Buenos días, alumnos. Como ya saben, este año comienzan primero de Bachillerato y me gustaría que como todos los años...- ahí dejé de prestar atención.
El director siempre suelta la misma chapatoria de todos los años, solo que en esta ha incluído que está prohibido entrar a otras aulas ya que hubo problemas el año pasado con ello.
- Vaya rollo. - suelta Ana por lo bajo.
- Lo sé, ¿y si no me toca con Mike este año? No podría ir a verle.
- Exactamente. ¿Y si en nuestra clase los chicos son espantosos? Vaya rollo no poder echarle un vistazo entre clase y clase a los de los demás cursos, ¿no?
No coincido con ella, ya que Ana siempre piensa en hombres guapos y atractivos, y en cambio mi cabeza es ocupada por Mike la mayoría del tiempo.
A veces me gustaría ser como ella; no divagar entre si le gustas o no a uno, simplemente besar a el que más bueno esté sin sentimientos de por medio.
Eso para mí, es técnicamente imposible.
Las únicas dos veces que lo he intentado han sido fallidas. No podía concentrarme en el beso de ninguna manera. Necesitaba sentir algo por esa persona, así que dejé de hacerlo.- Por fin. Vamos a ver qué clase nos ha tocado.
El director ha terminado su charla y ni siquiera me había dado cuenta hasta que Ana ha soltado ese comentario y los demás se han movido a sus aulas correspondientes.
Sigo absorta en mis pensamientos hasta que reconozco un aroma completamente familiar para mis fosas nasales.- Delante de nosotras está Mike, ¿verdad?- cuchicheo.
- Sí.
Solo puedo ver su nunca y su pelo, pero sé que sigue igual de guapo como siempre. No creo que el verano le haya hecho empeorar de aspecto.
Antes de entrar, todos los cursos han sido llamados por orden de lista.
- Mierda, mierda, mierda.
- No pasa nada, Ali.
- Sí que pasa.- me muerdo el labio.
Mike no va a nuestra clase este año.
No podría explicar con palabras lo frustrada que me siento en este momento..- Buenos días, soy Beatriz y seré vuestra tutora este año.
Ana y yo nos sentamos en el pupitre que está detrás de todo para poder comentar como lo vemos todo y lo mucho que me ha entristecido lo de Mike.
- Mike está en clase de Bianca.
- No me jodas, Ana.- digo en tono irónico.
- Piensa que podrás verle en el recreo dentro de tres horas.
- Ya ni importa, pronto se irá con Bianca y no solo lo veré a él en los recreos.
Ana suspira. Sabe perfectamente lo mal que me siento y soy consciente de que está buscando algo para animarme.
- A ver, vamos a darle una visualización rápida a los chicos que hay en clase.
Están todos sentados en un rincón haciendo ruido entre sus voces altas, gritos y risas.
Todos menos uno. El único que llama la atención a simple vista.Entre cierro los ojos un poco mientras frunzo el ceño, para ver quién es.
Quizá es repetidor y por eso no conoce a nadie, pero no me encaja mucho, creo que nadie del año pasado repitió primero de Bac.- ¿Quién es ese chico que está solo allí delante?
- No tengo ni idea.
Me parece extraño que Ana no sepa nada sobre él. Mi mejor amiga conoce a un noventa por ciento del instituto, lleva muchos más años que yo aquí y es bastante sociable.
- Faltan unos minutos para que salgamos, cuando toque el timbre nos levantamos primeras y acelaramos el paso hacia él. A ver si logramos verle la cara.
- ¿No es muy sospechoso, Ana?
- No.- sonríe con picardía.
Sabe que tengo razón y que apresurarnos de ese modo llamará mucho la atención, sobre todo de él.
El timbre suena pasados dos minutos y los chicos que estaban armando barullo se levantan con prisa, dejando las mesas y sillas desordenadas.
- ¡Rápido!- grita Ana corriendo, cuando el chico está a punto de salir por la puerta.
Casi le perdemos de vista, pero conseguimos estar detrás suya.
La gente sale muy despacio porque somos unas veinte personas, y la cosa va a más cuando salen todos los alumnos de las seis aulas.
Ana se pone a mi lado, pero ya soy la que está detrás, y demasiado pegada, al chico.
Huele increíblemente bien, parece un chico con una higiene muy cuidadosa.
Quizá podamos llegar a ser amigos, a mí tambiéne gusta tener mis productos de lavanda y vainilla siempre a mano.
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El círculo
Romance¿Qué harías si un día te estás cambiando de ropa y tu vecino te espía desde su ventana? ¿Y si lo que más deseas es dejar de pensar en su mirada y no lo consigues? ¿Dejarías que te observase una vez más?