Ofrenda

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Hace un año que vaga por el mundo en soledad, como siempre, pero ahora le pesa. La sensación dolorosa y recurrente le provoca náuseas. Se ríe en un intento de ignorar lo que siente.

No es dolor por extrañar.

No.

Esta cansado, debe ser eso. Ha comido apenas y casi no duerme. La culpa es de ese maldito taoista. Le hace la vida más difícil con ese orgullo qué perdura apesar de estar muerto, por eso pasa sus días, sus noches, buscando la falla en sus rituales. No consigue traerlo a la vida y usar su energía espiritual para mantenerlo incorrupto, comienza a ser desgastante.

Hoy hace un año que partió de este mundo. En el pueblo cercano, al que visita en busca de comida, escucha que a los difuntos se les debe honrar en días especiales.

Hablan de tradiciones que no comprende porque es ignorante, creció en las calles sin una familia que lo educara apropiadamente. Podría robar las dichosas flores qué simbolizan el luto,pero como son para el daozhang, supone que se ofendería si sabe que lo hizo de ese modo.

Cuando despierte, le contará sobre esto y otras cosas. Ha sido una carga inútil, se lo reclamará también.

De regresó en la casa de ataúdes, cuando esta seguro de que nadie lo ve, saca los crisantemos blancos de una bolsa de tela negra. Están maltratados, pero no se suponía que fuera cuidadoso.

Duda antes de ponerlo en las manos de Xiao Xincheng, él ya se ve hermoso sin ellas pero las flores le hacen ver más etéreo e inalcanzable.

—Te las traje porque te ves como la mierda— le dice molesto y se aleja de él — si la maldita ciega pudiera verte, diría que no sé como cuidarte.

Cómo ya es costumbre, la comida en esa casa se sirve para dos. Prender un incienso, sin ninguna reverencia inútil, es la manera de honrarlo.

XueXiao One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora