Alma Perdida [Errorink]

Capítulo 22: Una última promesa (+18) parte 1

Han pasado apenas un par de días desde el enfrentamiento con Nightmare y el rescate del guardián. Durante ese mismo día, Error se tomó la molestia de ayudar a Ink a tratar sus heridas antes de tomarse una ducha. Fue en ese momento, al verse reflejado, que notó las fisuras en sus huesos, algunas cicatrices casi imperceptibles y manchas oscuras que aún no desaparecían por completo. Sin embargo, algo lo tranquilizaba: podía volver a apreciar sus marcas como tatuajes, esas líneas que parecían contar historias en su cuerpo.

Mientras lavaba su espalda, Error se inclinó con suavidad, depositando un pequeño beso en la nuca de Ink. El gesto arrancó una ligera risa del guardián, un sonido breve pero suficiente para desarmarlo. A pesar de todo, Error seguía molesto consigo mismo por no haber sido él quien enfrentara a Nightmare directamente, pero se sentía aliviado de que Ink hubiera regresado con vida.

-Ruru, ¿qué te tiene tan pensativo? -preguntó de repente el guardián, acercándose sigilosamente por detrás para abrazarlo por la espalda, rompiendo el hilo de sus pensamientos y trayéndolo de vuelta al presente.
Error parpadeó, sacudiendo la cabeza para disipar su distracción, mientras su mirada se suavizaba.

-No es nada. Solo me preguntaba cómo seguían tus heridas -respondió mientras acariciaba con delicadeza el brazo del guardián. Giró un poco el rostro para mirarlo de reojo, ofreciendo una leve sonrisa que buscaba disimular su verdadera inquietud.

-Eres muy evidente cuando mientes, ¿sabes? -Ink sonrió con picardía mientras se apartaba un poco para revelar su cuello, dejando a la vista sus huesos perfectamente intactos. Alzó su pincel y lo agitó levemente-. Me curé hace rato, gracias a esto.

Error entrecerró los ojos, algo avergonzado.

-¿Evidente? ¿Qué quieres decir con eso?

-Cuando mientes, cruzas los dedos y enredas tus hilos -respondió Ink con tono divertido, observando los finos hilos de energía que se retorcían alrededor de los dedos de Error.
Error frunció el ceño con una mezcla de sorpresa y desconcierto.

-Nunca lo había notado...
Ink rió suavemente, disfrutando de la reacción de Error, y rodeó con sus brazos los hombros del Destructor.

-Es parte de tu encanto, Ruru. Ahora, ¿me dirás qué es lo que realmente tienes en mente? -demandó, inclinándose un poco hacia él para mirarlo de cerca.

Error suspiró con fingido fastidio, pero antes de responder, Ink se dejó caer con todo su peso sobre su espalda, provocando un gruñido bajo del Destructor.

-¡Eres un peso muerto, Ink! -se quejó, aunque su tono no tenía el filo suficiente como para sonar serio.

Ink se rió con travesura, dejando que Error lo acomodara sobre sus piernas, quedando frente a frente.

-¿Y bien? -insistió Ink, apoyando la barbilla en el hombro del Destructor, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y confianza.

Error, finalmente derrotado por la insistencia de su pareja, le devolvió la mirada. Su voz salió baja, casi un susurro:
-Solo pensaba en lo cerca que estuviste de... -Hizo una pausa, incapaz de terminar la frase. Sus dedos se cerraron con firmeza sobre las manos de Ink, como si temiera soltarlo.

Ink lo observó en silencio, sus ojos suavizándose al comprender. Acarició el rostro de Error con una mano, trazando un círculo sobre su mejilla.

-Pero estoy aquí, contigo -dijo con un tono firme pero lleno de calidez-. Y no pienso irme a ninguna parte.

Error soltó un suspiro largo y, finalmente, esbozó una pequeña sonrisa antes de acercarse a él, abrazándolo con fuerza, como si quisiera asegurarse de que eso fuera cierto. Aun así, su incertidumbre seguía en pie.