Cap. 53: ¡El Último Recurso de Piccolo! Buscando la Muerte en la Batalla Final

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En la sala del trono de Asgard, el aire estaba cargado de tensión. Thor, con el rostro marcado por la frustración, miraba a su padre, Odín, quien rechazaba rotundamente su petición.

-¿Por qué no? ¡Nuestro territorio ha sido invadido! ¡Debemos contraatacar de inmediato! -exclamó Thor, sus palabras llenas de furia y desconcierto.

Saúl, igualmente perplejo, intervino, sin entender la postura de Odín.

-¡Las cosas no están claras aún! -dijo, esperando una explicación.

Pero Odín, imponente y sereno, replicó sin dudar.

-No es el momento de actuar, Thor. La guerra no es la respuesta.

La frustración de Thor aumentaba con cada palabra. No entendía por qué su padre demoraba tanto la acción. No era el tipo de rey que conocía.

-¡¿Qué no lo entiendes?! ¡Los Gigantes de Hielo nos desprecian ahora mismo! ¡Debemos contraatacar para demostrarles que somos dignos de respeto! ¡Como rey yo...! -gritó Thor, su voz resonando en la sala.

Odín, impasible, corto la frase de Thor y dejó caer su sentencia con la autoridad que solo él poseía.

-Pero tú aún no eres el rey -dijo, su tono lleno de una presión que dejó a todos en silencio-.

El eco de sus palabras llenó la sala, y la opresión de su mirada hizo que el ambiente se volviera pesado. Ninguno de los presentes se atrevió a replicar.

Thor, aún con el pecho agitado por la frustración, no pudo articular palabra. La mirada de Odín lo había dejado sin aliento, y su postura desafiante se desmoronó en un instante. Un resoplido de impaciencia salió de los labios de Odín, quien luego desvió su atención hacia la pantalla, donde la criatura del universo Dragon Ball seguía desatando su poder incontenible. La curiosidad de Odín, normalmente tan centrada en sus responsabilidades, se tornó en una inquietud silenciosa. ¿Cómo enfrentarían tal monstruo?

En el universo DC

Bruce Wayne, empapado en sudor y respirando con dificultad, se apartó de la pantalla. A pesar de su entrenamiento y experiencia, este monstruo era como ninguno otro. Pensó en cómo podría haber luchado contra algo tan aterrador... Si tan solo hubiera sido un enemigo más convencional. Por suerte, este ser no había llegado a su mundo. De lo contrario, la situación sería desesperante.

-Solo podemos contenerlo... encerrarlo en un mundo espejo, después de que se calme -murmuró Bruce, la gravedad de la situación calando en su mente.

Su mente, tan brillante y lógica, sabía que era la única solución viable. Pero la incertidumbre seguía acechando en su interior. Si se desbordaba, ¿cómo detenerlo?

Las palabras de Bruce se mezclaron con los ecos de sus propios miedos, y antes de que pudiera continuar, una voz irónica lo interrumpió.

-¿Batman? ¿Finalmente te has vuelto loco? ¿A qué le tienes tanto miedo? -preguntó una figura, con tono burlón y un dejo de incredulidad en su voz.

Bruce giró la cabeza, encontrándose con la mirada desafiante de quien acababa de hablar, Bane, cuya figura imponente y generalmente indomable ahora yacía atada al suelo con todos sus huesos rotos.

-¿Qué demonios estás haciendo, Batman? ¡¿Cómo puedes estar vestido así?! -su voz resonó en el vacío, llena de incredulidad y desprecio. Cuando lo vio por primera vez con ese traje, pensó que era alguna especie de truco o ilusión, pero pronto comprendió la realidad...

La brutalidad de la situación lo aplastó por completo. Bane, la bestia temida, estaba a la merced de Batman, y aunque su cuerpo estaba destrozado, su orgullo seguía intacto.

Multiverso en Caos: La Revelación de los Objetos ContenidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora