Pov's Alex"Tenemos que hablar"
Esas 3 palabras me dejaron en shock. No solamente porque esas palabras siempre tenían un mal sentido si no porque el que las enviaba era mi ex-novio.
Ya les he contado acerca de él. Pero para las que no se acuerden el fue el chico con el que termine 3 veces. Ya sé que es muy masoquista volver con un chico que te ha engañado y 3 veces después aun lo perdones, pero lo amo y me duele hacerlo porque esto solo significa perdonar todas y cada una de las cosas que me ha hecho y bueno... Estas no han sido las mejores.
- ¡Alex! - Gritó Gabriel. Sí, después de la fiesta él me trajo a casa, aun no lo perdonaba del todo pero Jay iba a estar ocupado al parecer tenía una sorpresa para Cate. Sonreí mi hermano estaba coladisimo por ella y aunque los sentimientos eran mutuos Cat no los aceptaba. Claro, todos sabíamos que en poco tiempo estarían juntos.
- ¡Alex nena, ¿Estas ahí?! - Al oír el apodo "nena" mi piel se erizo. Aunque no lo admitiera en voz alta me gustaban los apodos que Gaby me daba. Eran tiernos y cariñosos pero me sentía mal por él, ya que yo no correspondía esos sentimientos... Por lo menos no por ahora.
- Sí, Gabriel, ¿Crees tener la suficiente paciencia para esperar que termine de cambiarme?!
- ¡¿Te estas cambiando?! - Pude sentir la sonrisa en su voz y al mismo tiempo pude oír sus pasos subiendo las escaleras.
Rápidamente corrí hacia la puerta para ponerle pestillo pero fue demasiado tarde, ya había entrado. Me analizo completamente y sentí como mis mejillas se coloraban.
- Me dijiste que te estabas cambiando - Dijo desilusionado. Me sonrojé aún más y le aventé una de sus almohadas, acción que no resulto de nada ya que la atrapó con facilidad. Al hacerlo me mira y pude ver como su cara había cambiado.
¿Se acuerdan hace unos segundos cuando les dije que estaba desilusionado? Pues su cara cambio. En vez de estar como hace unos segundos una sonrisa burlona adornadaba su increíblemente sexy rostro... Esperen ¡¿que?! ¿Acabo de decir sexy? No, no claro que no es que yo...
- Oye cariño, sabes que me encanta que me mires pero esto ya es acoso. - Mientras decía esto sus pies se movían, acercándose cada vez más a mí.
- ¿Yo acosándote? Ya quisieras - Rodé los ojos. El me miro divertido y antes de darme cuenta estaba sobre su hombro.
- ¡Gabriel bájame! - Le repetía una y otra vez entre risas, mientras Gabriel corría por toda la casa conmigo en su hombro. - ¡Gabriel te vas a hacer daño! ¡Bájame por favor! - Se detuvo un momento y puso un dedo en su mentón como si estuviera pensado. - Cariño, no sabes cuanto me gusta que te preocupes por mi, pero... Eres más liviana que una pluma así que no creo que me puedas hacer daño. - Dijo sonriendo. - No físicamente, claro - Esto último fue un susurro y creo que no debí escucharlo.
- Pues sigamos - Dijo antes de correr como caballo. Entre risas, gritos y algunas nalgadas por parte de los dos pasamos el tiempo, hasta que Gabriel se detuvo rápidamente. - Oye cariño, ¿te gustan las sorpresas?
- ¿Por qué lo preguntas? - Estaba confundida porque de la nada salta con esta pregunta.
- Solo responde - Dijo insistiendo pude sentir una sonrisa en su rostro. Su tono de voz lo delataba. - Si, claro - Dije aun más confundía que antes.
Lo que pasó después no lo vi venir. Gabriel me arrojó a la piscina. Lo mataría, no pasé toda la tarde de ayer para que este escupido venga a arrojarme a la piscina. Salí a la superficie y se reía como nunca en su vida.
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Cate
Teen Fiction" - Nada es para siempre. - Lo sé. - Suspiró. - Si lo sabes, ¿Por qué insistes? - Se giró para verme. Su mirada mostraba tristeza y tal vez culpa, pero ya es hora de que hablemos de esto. No quiero que acepte algo de lo que luego se arrepentirá. N...