Capítulo 10

1 0 0
                                    

- Vas a colocarte en pie y vas a pelear conmigo, quien pierda paga la comida.

- Crees que eso es justo? Soy mujer y tú hombre, tienes músculos definidos y yo... Bueno, yo ni siquiera hago ejercicios, eres más alto y además, supongo que sabes pelear... Y la lista es larga.

Observo sus ojos llenarse de mucha alegría y satisfacción. Permanece callado unos segundos y abre su bocota.

- Muy perceptiva, Alicia.

Habla siempre con determinación y seguridad, no deja de mirarme a los ojos, me siento incómoda y bajo la vista hasta mis piernas.

- Siempre, Gabriel.

- Bueno, qué te parece si te invito a comer, no seria agradable que llegaras a tu casa golpeada.

- Estoy segura de que jamás me tocarias para hacerme daño.

Mi respuesta lo congeló y me miró con asombro.

- No me conoces, bebé.

- Lo suficiente para saber eso. No me digas así, por favor.

- Nunca es suficiente, jamás puedes saber como actuaría una persona frente a las situaciones.

- Así es, pero si me equivoco entonces golpeame.

- No tendría porque.

- Bueno... Defiende tu punto de vista ahora.

Me coloqué frente a él y lo rete con mi expresión corporal.
Me miró y por primera vez, Gabriel no supo que decir.
Lo recorrí hasta dar de frente con su espalda y él no se giró, me incliné y mordi su hombro, no lo solte hasta después de unos segundos ahí, él se quejó y se retorció ante mi ataque.

- Ayyy!!! Eres algún tipo de caníbal o algo así? Eso dolió!

Me burle de él, tanto que me dolió la cara pero él solo me miraba, un poco furioso dijo que se las pagaría. Caminó hasta donde yo estaba e intentó hacer lo mismo en mi brazo.

- ¡No me alcanzas! Le rete

Corrí y él siguió disparado hacia mi, no le tardó mucho atraparme, me agarró por ambos brazos y apretó suavemente sus puños en ellos.
Me miró, muy fijamente y con un deje pícaro. Me paralize y solo lo mire, con muchas ganas de darle una patada entre sus piernas, eso le dolería.

- Sueltamente, idiota! Te odio!

Se río de mi pero finalmente me soltó. Yo no podia parar de sonreír, ese momento me hizo acordar de mi infancia y olvidar todos mis problemas, olvidé todo lo que pasó con Sebastian, olvidé mi dolor.

- No vuelvas a retarme, Alici... Bebé. Así te diré ahora: bebé.

- Te reto cuando quiera y como quiera. Oye! Qué pasa contigo? No soy una bebé.

- Eres mi bebé.

- Oookkk, estas demente. Deberías ir con un psiquiatra, de verdad.

- Tú deberías ir donde un nutricionista, deberían ayudarte con todo eso de alimentarte de humanos, tienen que tratar con tu canibalismo.

- Dejame en paz! No soy una caníbal!

Digo cada palabra ahogándome en mi carcajada.

- Si lo eres, pero apuesto a que te puedes alimentar de otra manera, vamos.

Terminamos de comer y estabamos llegando a mi casa.

- Tienes celular con cámara?

- Si bebé, te quieres tomar una foto conmigo?

Hago rodar mis ojos y asiento.
Llamamos a Nathaly para que nos capture.

Me acomodo junto a él pero no lo toco.

- Ven aquí.

Me dice atrayéndo mi cuerpo hacia él y me rodea con un brazo por la cintura, yo hago lo mismo y sonrio a la cámara.

Fue una buena foto y él se despide dándome un beso en la mejilla.

- Linda noche, Alicia.

- Linda noche, Gabriel.

Una vida por contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora