capítulo 1

13 0 0
                                    

Estoy navegando en internet como es de costumbre en mi vida cotidiana diaria. La red social que acostumbro utilizar suele sugerir amigos y alguien me llama la atención, se llama Gabriel Rodriguez, caigo en cuenta que es amigo de mi prima Nataly así que decido agregarlo a mis amigos.
Es curioso que lo hiciera porque ese chico nunca fue de mi agrado, solía verlo en la iglesia donde asistía anteriormente y jamás fue capaz de dirigirme la palabra, tal vez es por eso que no me pasaba ese tipo.
Es muy simpático; tienes los hombros perfectamente ensanchados, brazos musculosos, abdomen perfecto, cabello castaño liso, (muy de mis gustos este chico).

Tarda mas o menos un día en aceptar mi solicitud y por alguna razón inexplicable decido saludarle por el chat.

- Hola.

- Hola, como estas? - responde él casi al instante.

- Bien, gracias a Dios y tu? - respondo tímidamente como siempre. No entiendo porque siempre soy tan tímida, me encantaría saber que es cuestión de personalidad pero no es así, yo se el porque... El sonido del mensaje de Gabriel interrumpe mis doloros pensamientos.

- Muy bien, y ese milagro que me hablas?- Eso se vio un poco grosero y me molesta así que decido no darle importancia, después de todo él nunca me pasó. Apago el ordenador y me enfrento con una tarea aburrida de matemáticas, lo mio es la lengua castellana, soy fanática de la ortografía y los buenos libros.

Estoy de pie ante el espejo de mi habitación y me analizo; soy una chica morena de estatura media, pelo negro muy ondulado pero esta vez lo llevo planchado, ojos pequeños café oscuro, suelo aceptar que tengo un lindo cuerpo pero no me gusta presumir de ello, si, así es, estoy bien buena.
Estoy lista para ir al colegio, curso décimo grado y este año me he cambiado de colegio, mi mamá dijo que el anterior no era eficiente académicamente y yo estoy de acuerdo con ella, no solo por eso sino también porque... Porque...-niego con mi cabeza y decido salir para distraerme.

Hoy el día no fue tan agradable, por alguna razón hoy no amanecí de buen humor. Llegué ya a mi casa y tengo mucha hambre, mi mamá está sirviendo la cena y yo la miro desesperada, suplicándole con la mirada que no tarde.

- Tienes hambre? - me dice ella como si leyera mis pensamientos y burlándose de mi además. Asiento con la cabeza, ella se acerca y me da un beso en la mejilla. Mi mamá y yo tenemos una buena relación, ella es mi mejor amiga y yo la suya aunque, mi hermana menor Sofia, a veces se encarga sin intención de quitarnos tiempo juntas.

Ya he comido y enciendo el ordenador, tengo un mensaje de Gabriel.

- Te ha molestado mi mensaje? - eso me hace sonreír.

- No, es solo que me ocupé, lo siento. -miento, lo cierto es que no se me dio la gana de responder esa grosería.

- Jajajaja, no te preocupes.
- Como has estado? - responde mandando un mensaje sobre otro.

He estado de mal humor pero no quiero decirle eso.

- Bien, Gabriel y tu??

- Muy bien, Alicia. - Que? No me gusta que me digan Alicia, me siento regañada.

-Dime Aly ☺

- Yo quiero decirte Alicia, así te llamas. - Por Dios, que le sucede?

- No me gusta Alicia.

- A mi si y eso es lo importante, Alicia. - me quedo con la boca abierta mirando la pantalla, quien es el para decidir como llamarme?

- Yo soy quien decide como me llaman. - por un momento me siento como una niña de 5 años peleando con otro niño de su edad.

- Jajaja yo soy quien decido lo que digo, así que decido llamarte Alicia.

- OK.

- Mañana voy a tu casa. - espera... Ni siquiera se cuantos años tiene.

- Ni siquiera se cuantos años tienes.

- Jajajajaja, yo dije que te voy a visitar a ti?

Una vida por contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora