La presión y desesperación eran perceptibles en él, sus venas se marcaban a través de sus dedos en cuanto más apretaba el volante, golpeaba una y otra vez haciendo sonar la bocina un par de ocasiones.
—Cálmate antes de que venga alguien y nos calle —giré la vista a cada rincón alrededor, sólo unas cuantas personas tenían su vista fija hasta nosotros—. ¿qué ocurre?
—Alex no responde el celular —golpeó nuevamente
—¡Parece tu maldita novia Ben! Sabe lo que hace —colmó mi paciencia con tan solo veinte minutos haciendo lo mismo una y otra vez
—¡No! No lo sabe —de ser posible ya tendría un bate atravesando mi cabeza o mis labios cosidos entre sí, la desesperación era mutua
—Toby está con él, ¿qué te preocupa? Agradece que quizás tú permanecerás vivo, así que... —el sonido de llamada comenzó a sonar, no tardó más de tres segundos en responder
Ignoré por completo el autor y el contenido, la música continuaba reproduciéndose en los audífonos luego de retirarlos para la pequeña confrontación, con el volumen a mitad de reventar los oídos disfruté la melodía mientras terminaba la llamada. Sin escuchar nada sentí mover el auto al cabo de tres canciones, diez minutos aproximadamente, retiré uno de los chicharos.
—¿Ahora a dónde vamos?
—A tu casa
Torciendo la boca volví a mi mundo con los audífonos, conforme los minutos pasaban aceleraba cada vez más hasta tener las uñas enterradas en el asiento, ni siquiera el cinturón me daba dicha seguridad, con todo y su molestia llegamos frenando del golpe activando por poco las bolsas de aire, salió de prisa dejándome por segundos aún sentada con el pánico de estrellarnos.
Azotando su puerta como costumbre, lo perseguí con la mayor velocidad que mis pies pudieran tomar, subía las escaleras cuan loco pasando por enfrente de mi departamento sin parar y acelerar aún más hasta el siguiente piso, parando en seco similar al auto.
—Dime que aquí no hacen sus turbias negociaciones —cada palabra salida con el último aliento, cansada, la respiración acelerada y con las manos sobre las rodillas, pude haber hecho un mejor tono de impresión y preocupación
Tocó tres veces como si nada, no había una clave en el toque o algo parecido, tampoco parecía que la madera de la puerta estuviera blindada o con rejillas de alta seguridad, antes de que Ben tocara nuevamente el dejá vú de Alex abriendo la puerta a medias con poca gente adentro y sorprendido por mi presencia atravesó mi mente.
—Pasen —musitó abriendo la puerta por completo, sólo había dos entidades sobre el sillón, la pareja del árbol tragándose mutuamente sin pudor alguno
—Échales agua —habló Ben soltando una carcajada entre nosotros tres, encontrarme con escenas así era tan normal y cotidiano para mí, difícilmente Ben o sus amigos iban a detener sus "necesidades" por mí
Poco a poco bajaron su paso, la castaña bronceada limpiaba el poco brillo labia que había sido esparcido por su rostro mientras que Toby arreglaba su cabello.
—Nos vemos luego Toby —tomó su bolso, arregló su vestido y plantó un gran beso sobre sus labios sonrojando al rubio. Todos atentos con tal escena esperando a que la menuda chica saliera
Sin esperar tanto salió y al fin pudimos tomar asiento en el sillón lleno de fluidos, un departamento que ahora, al analizarlo, estaba muy austero.
—Entonces fuiste y corriste tras ella —reí—, bien hecho Don Juan
—En mi defensa, me la encontré en la acera y nos quedamos platicando cuando recordé que ya tenía un lugar cerca
Mi mente se discutía entre qué pregunta realizar, si este ya era departamento suyo o cuál es el nombre de la chica.
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Otra estúpida que se enamoró del chico malo PAUSADA
Teen FictionSe conocieron como el acostumbrado cliché, pero nunca se imaginaron que seguirlo los llevaría a algo más. Esta es la peculiar historia de un cliché que se hizo realidad.