KILLER STAR

EMERGENCIA INTERPLANETARIA

Era la primera vez en todos sus años como una Zero que el sistema de alarma interplanetaria se encendía en la pantalla de su computadora. Acomodándose en su asiento y dejando de leer la historieta que estaba leyendo, Zero- One atendió la llamada de manera urgente. No hubo palabras, no había necesidad de que hubiese una palabra en lo que la imagen le estaba mostrando, delante de Zero-One se veía la grabación de una de las Estaciones Espaciales cercanos a un sistema solar cercano. En la pantalla se podía ver como una enorme nave roja siendo acompañada por una pequeña flota de Cazas Kantianos, apuntaba a un planeta en donde se encontraba una colonia de la Alianza. La boca de aquella nave roja con forma de criatura marina del planeta Hodrox se abrió y una especie de luz verde comenzó a formarse alrededor de aquella boca.

- No puede ser posible- murmuró Zero-One sorprendida y horrorizada ante lo que estaba contemplando, simplemente era imposible que esa maquina existiese o que los Kantianos pudiesen replicarla- tiene que ser una broma

Pero no había broma, la Alianza no encontraba gracioso aquello y los Kantianos no eran unos buenos bromistas en realidad. De ser aquello un chiste, entonces debía serle gracioso al Dios esférico de rojizo brillo, porque nadie encontraría aquel espectáculo como algo divertido de ver. 

Los Cazas Kantianos se alejaron lo más que pudieron de la boca de aquella criatura, quienes no pudieron hacerlo a tiempo fueron desintegrados por el inmenso calor que aquella luz verde producía, repentinamente una enorme ráfaga de energía salió de la boca de aquella nave y el planeta entero fue desintegrado de un solo disparo, los habitantes de ese planeta no tuvieron tiempo ni de limpiarse el culo.

No conforme con ello, aquella enorme nave continuó disparando su destructivo rayo de la muerte a los otros planetas, estuviesen habitados o no, mientras los miembros de la Estación Espacial mandaban las grabaciones al comando central en Galark. Repentinamente la grabación se detuvo cuando una cegadora luz verde cubrió toda la estación espacial.

- ¿Cuantos... cuantos muertos? - preguntó Zero-One presionando el comunicador, desde la Estación Espacial más cercana le contestaron

- Todo el sistema solar entero

No hubo palabras, no había necesidad de que lo hubiese. Su blanca piel palideció al comprender la gravedad de lo ocurrido y sus pupilas doradas se achicaron mientras comprendía quienes eran los que tenían aquella máquina de la muerte en sus manos. Zero no ignoraba la leyenda del Killer Star, había oído hablar de ella y la había estudiado hasta la muerte. Un arma destructiva de un nivel casi inimaginable como una última opción para poder detener a un imperio maligno, aunque aquel imperio era Candyland en comparación con los Kantianos. Zero simplemente se negó a creer que dicha maquina pudiese existir, no era que ella no viese extrañas contradicciones en la versión oficial de la historia o que no supiese que un arma de tal calibre podía ser creada, sino que se negaba a pensar que una civilización tan iluminada como lo fueron los Hoen en ese momento, antes de que Hodrox los arruinara por completo, hubiese considerado una idea genial el crear semejante monstruo. ¿Nunca se les ocurrió pensar que si caía en las manos equivocadas entonces condenarían a toda la galaxia? Los Kantianos estaban tan locos como para borrar todo el Universo de un solo golpe con dicha máquina, tan locos como para traicionarse a ellos mismos durante esta aventura genocida.

Sintiendo como una furia asesina reemplazaba su pavor y su estado de shock, Zero apretó con furia su puño mientras una energía dorada la recorría, Zero volvió a apretar el comunicador y le dijo al encargado de la Estación Espacial:

- Voy enseguida

Cortando comunicación, Zero partió rumbo a donde se encontraba el punto de reunión, dispuesta a hacer hasta lo imposible para destruir aquel monstruo antes de que fuese tarde.