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1 - "Amigas"

--Caith--

¿Qué podría ser mejor que tener una mejor amiga que te cubra cada vez que sales de fiesta con tu novio? Y ¿Qué podría ser mejor que tener un novio que te saque de fiesta prácticamente cada día?

Se agotó el tiempo. Respuesta correcta: absolutamente nada.

Así es mi vida, fiesta cada día, novio cada noche y mejor amiga cubriendo mi vida. Esta es solo una parte de mi vida, en la que me escondo cada noche de mi realidad.

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Traía una resaca del demonio, con Andrew, mi novio, (el cual mi madre no aprueba), habíamos salido desde las 9:00pm de la noche anterior a una fiesta. Como era de esperarse, nos emborrachamos y tuvimos una gran noche.

- Adiós, Andrew - besé su mejilla bajando del auto hacia la entrada de mi casa. Él no se inmutó.

Le reste importancia a su actitud y entre a la casa de dos pisos logrando escuchar a lo lejos el auto de Andrew. Subí lo mas silenciosamente posible esperando no toparme con mi... "amorosa madre".

Ya que la suerte es una basura con gente como yo, al terminar de subir las gradas, escuche la puerta del cuarto de mis padres abrirse. Visualice a mi madre con su típica pijama "casual" según ella. Venía hacia mi, furiosa.

- ¿Quién te crees que eres para venir a esta hora? Solo vienes a comer y a dormir, ¿Crees que es pensión?

Rodé los ojos. Esta era la misma pelea de todos los días, en la cual discutía solo mi madre ya que mi padre me ha ignorado desde el día en que nací.

- Contesta, Caith - dijo pronunciando mi nombre con desprecio, ella siempre me ha considerado una extraña, la vergüenza de toda la familia.

- Si, creo que es pensión. Aunque creo que allí recibiría más cariño - dejé a mi madre allí. Necesito dormir.

- Al menos, ¡Dime con quien mierdas sales cada noche! - grito furiosa.

Asomé mi cabeza por la puerta de mi habitación.

- Con nadie que te interese, madre - cerré la puerta con llave y me fui a dormir.

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Tocaron la puerta de mi habitación. Con mi cara de "vete de aquí" fui a abrir la puerta hasta que vi a Jennifer.

- Hola, linda - dijo con su voz dulzona y adorable que hacía que el 80% de la población masculina babeara por ella... yo... yo era la chica de al lado.

- Hey - la salude un poco mas animada.

¿Que quién es ella?

Ah si, mi mejor amiga.

- ¿Y esos ánimos? - preguntó entrando a la habitación contoneando sus caderas, una diva total. - ¿Acaso no hubo acción anoche?

Cerré la puerta y me senté en la cama con ella. Traía un hermoso vestido blanco que resaltaba sus ojos verdes, yo seguía con mi pijama.

- Si, claro que hubo acción - dije riendo - El problema es mi madre, como siempre.

- Ya mejorará, linda. Solo es una etapa - trató de animarme.

- ¿Una etapa? Siempre ha sido así. Lo sabes tan bien como yo - si no fuera mi amiga, creería que trata de burlase de mi rota familia.

Un silencio incómodo se formo en la habitación, el cual fue reemplazado por su melodiosa risa.

- ¿Qué te parece si salimos de compras? - preguntó sonriente - vamos, di que si

Lo pensé unos segundos.