Limerencia.

Esquizofrenia.

Las ganas de seguir adelante con mi vida se desvanecen y las ganas de acabar con mi vida aumentan.

Eh dormido tan solo 2 horas, mi piel es seca y ya sin color, me he estado tornando pálido, las venas de mis brazos son grandes y se distingue el color purpura de la flor del acónito.

No eh ido al colegio en 3 meses, odio tener que ir a ese lugar y soportar 8 horas a personas que son sumamente estúpidas, no cuestiono su inteligencia, pero sus actos de cavernícolas sin domesticar me hacen dudar que la tienen.

Necesito que acabar con esto de una vez.

¿Cuál será la mejor forma de morir? ¿Pastillas? No, no son muy efectivas y corro el riesgo de que aún me encuentren en un momento de lucidez y traten de revivirme. ¿Soga? No, es muy anticuado y estúpido.

Maldita mente que no me ayuda en nada, me haces sentir miseria pura, un día te hare volar; Y claro... ¿Por qué no? un arma, ¡Sí! Me volare los sesos ¿Pero dónde la conseguiré? Puta madre Ángel, piensa donde conseguirla, aun eres menor y no tienes dinero para comprarla.

¿Con quién hablas? –Pregunto mi madre intentando abrir la puerta- Con nadie, estoy cantando –Le respondí-

Al parecer se fue contenta con la respuesta ya que no volvió a preguntar.

Entre en si nuevamente, las sabanas estaban llenas de sangre, me goteaba la nariz, mis muñecas y piernas lloraban lava; Empecé a llover.

Cuando entro en un ataque de ansiedad me pasa esto, no sé lo que hago hasta que alguien me saca de onda y veo a donde he llegado; no logre llegar muy lejos y las heridas no son tan profundas, al parecer.

Duele, pero más me duele la miseria de mi existencia.

Limpio todo y lo echo a lavar para que nadie note lo que paso y así no se preocupen más, tengo que salir de aquí, cojo mi polera, los audífonos y el reproductor de música.