Mil demonios

CAPÍTULO 5

Fue la cena más perfecta de mi vida.

Con el chico que amo, sentir que en verdad me quiere.

Pasaron días desde ese día. A Danny lo veía prácticamente todos los días. Lo saludaba desde mi casa, a veces nos trasnochábamos viendo películas sabiendo que al otro día teníamos clases. Íbamos cada sábado al ONSEN comprarnos lo mismo de siempre una coca-cola y un helado de chocolate. A veces íbamos con mis amigos, pero disimulábamos nuestro romance.

Un día, Danny llamó a mi casa, y atendió mi mama. Me llamo solo para decirme que me invitaba a un viaje de campo con sus abuelos y por supuesto, él.

Me emocioné, le pregunte a mi mama y como cosa rara me dijo que si solo porque era la familia Smith.

Prepare mis maletas, con toda mi ropa deportiva para un fin de semana, los pijamas, el spray para los zancudos, el protector solar, el celular, el ipod...todo lo que necesitaba.

A las 8 de la noche de ese mismo día, me llamo Danny.

-Hola Alisson, ¿Cómo estás?

-Bien Danny, todo chévere.

-¿Ya tienes tus maletas listas? Salimos mañana a las 6 de la mañana.

-¡Por todos los cielos!, ¿Por qué tan temprano?

-Porque el campo queda a 3 horas de aquí.

-A ok, bueno dale yo a las 5:30 a.m estoy allá tocando el timbre en tu casa-me reí.

-Bueno, bueno, aquí te espero...si no llegas a esa hora te regaño- se rió -bueno Alisson, nos vemos mañana, me llevaré mi cámara para tener mil fotos contigo.

-Ok Danny, tomaremos mil fotos ok?

-Si Alisson, si son contigo si, buenas noches que descanses-y colgó.

Sí, yo estaba feliz, mi felicidad era inmensa, como cuando a un niño le llega el padre con una chupeta tan grande como su cara, como cuando a una niña le regalan una muñeca el día de su cumpleaños, como cuando una madre está enferma y llega su hijo que no lo ha visto desde hace 10 años...esa felicidad inundaba mi mundo, la felicidad de estar con él, de ver el atardecer con él, de caminar mil kilómetros a su lado, ver el campo lleno de flores...todo como el sueño de una princesa con su príncipe encantado.

Esa noche en mi diario escribí un poema:

"Ojos café, cabello lacio y negro, labios y cuerpo perfecto,

Como el chico perfecto para una niña,

El chico que me cautivo aquella tarde,

Con sus ojos de ira y amor,

Me hizo temblar de emoción,

Sentí que lo amé, desde el primer momento,

Cuando se acercó y con su mirada tímida me invito algo de tomar,

Mi corazón inundó, de amor incondicional,

Siento que lo quiero...

Ahora el siempre será mío, y yo siempre seré de el"

Cuando termine de escribirlo, ya eran las 12 de la noche y solo tendría 5 horas de sueño, pero podría dormir todo el camino acurrucada en su regazo, así que me acosté y puse la alarma a las 5:00 a.m para poder prepararme.

Agarre mi peluche de tigre, lo abrasé y caí rendida en un mundo perfecto...el mundo de los sueños.

Dormí como una niña soñando con su príncipe encantado, la noche fría me hizo temblar, pero la calidez de mi cubrecama hizo que durmiera perfectamente bien. Hasta en un momento, sentí los brazos de Danny rodeándome, y eso me hizo feliz.