Oscuridad

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Estaba muy asustada dentro del elevador . Podía pasar cualquier cosa y preferí sentarme, vaciar mi mente y esperar lo siguiente que fuera a pasar.

Cuando vi en la pequeña pantalla del ascensor que me encontraba en el piso número 6, el elevador se detuvo bruscamente.
Me golpee la cabeza pero no podía perder tiempo y me puse de pie .

Presioné el botón de emergencia pero no funcionaba .
La luz comenzó a fallar , haciéndome temblar de miedo .
Levanté el teléfono de emergencia por el cual pude reconocer a la voz que me dijo : "No es difícil cortar la luz de el ascensor...."
Era la voz de Ema.

De pronto , la poca luz que había en el ascensor , se apagó por completo.

Me sostuve del barandal del ascensor en caso de que éste descendiera rápidamente pero eso no pasó.

Después de 5 minutos , la luz volvió y el elevador se detuvo .
Se abrieron las puertas y me encontraba en un oscuro cuarto .

Un cuarto con dos camas. Sin duda era un hospital desde hace muchos años porque en aquel cuarto había cosas súper viejas y llenas de polvo .

Me adentré en aquel oscuro y silencioso cuarto dejando que la poca luz que entraba por la puerta me alumbrara el camino , pero eso duró poco tiempo antes de que la puerta se azotara.

Segundos después se veían unas luces que venían de algún lugar , y comencé a caminar hacia allí pero Ema se apareció.

En una de las camas estaban dos bebés, y Ema no se movía , así que me moví hacía la cama y me di cuenta que no eran mis sobrinos , y antes de poder hacer cualquier cosa, Ema intervino con su fastidiosa voz.
" Tus sobrinos son tan lindos que mamá decidió darles un paseo por la ciudad..."
Luego , sonrió cínicamente.

Tenía que salvarlos pero antes deshacerme de Ema para que no pudiera hacer nada.

Estaba pensando qué hacer y se me había olvidado que tenía poderes!
Sólo necesitaba una herramienta y listo.
Busqué con la mirada por todo el cuarto hasta toparme con una cierra eléctrica .

Caminé lentamente hacia Ema y me metí en su mente.
Era difícil .

Ema me dio una patada en el estómago y me caí . Me costaba respirar pero no me podía rendir .
Me paré con las pocas fuerzas que tenía y le di una patada en la pierna haciendo que se cayera.
Después , me metí en su mente y me tenía tan desesperada que no me iba a ir de poco a poco piadosamente y metí a su mente la idea de que ella misma se matara con la cierra .

El poder del odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora