Capítulo 3

165 14 0
                                    


Me siento en la mesa de cristal, con el cuaderno de Valentina abierto frente a mí. Mis dedos recorren las páginas con frenesí, buscando algo que me dé sentido a todo esto. Cada esquema, cada anotación, cada nombre parece tener un propósito, pero uno me llama más la atención que cualquier otro: Isabella Monticello.

Ese nombre no deja de golpearme en la cabeza. Mis ojos se detienen en la anotación: hermana de Alessandro y ex de Maximiliano Santoro.

—Esto no tiene sentido... —murmuro para mí misma, sintiendo un frío recorriendo mi columna.

Me inclino más sobre la mesa, con el corazón acelerado. Isabella... la ex de Maximiliano, y hermana de Alessandro, un nombre que aparece en todos los esquemas, pero en las últimas anotaciones dice que ella está muerte, entonces no entiendo porque su nombre tiene importancia, ¿por qué Valentina me dijo que no me olvidara de ella?, ¿por qué su muerte no aparece clara? Estoy segura de que hay algo oculto.

Decido buscar información en mi teléfono. Mis dedos se mueven rápido, cada búsqueda es como abrir una puerta más a un laberinto de secretos. La información que encuentro es contradictoria. Algunos reportes afirman que Isabella murió en un accidente, mientras otros afirman que fue asesinada, pero no hay pruebas claras.

El estómago me da un vuelco. La historia no encaja.

—No estás muerta, Isabella —susurro.

Me sumerjo aún más en las búsquedas. Mis manos están temblando, la ansiedad se va apoderando de mí.

Cada dato que encuentro parece confirmar que hay algo más detrás de todo eso, algo oscuro, algo que nunca han querido contar. Mis pensamientos son interrumpidos por un ruido en el pasillo. Me sobresalto, con el corazón en la garganta.

Jade aparece en la puerta de mi habitación. Me mira con una expresión de seriedad que me pone nerviosa.

—Esme, necesitamos hablar —dice, y su tono es tan firme que me hace pensar que no viene a darme precisamente buenas noticias.

Me incorporo de inmediato, cerrando el cuaderno con una mano y dejando el teléfono a un lado.

—¿De qué se trata? —pregunto con voz temblorosa.

Mariano aparece detrás de ella, con una expresión seria, como siempre. No es una cara amigable, pero tampoco una cara amenazante.

—Nos tenemos que ir, Esme —dice Jade, avanzando hacia la mesa.

Me quedo helada.

—¿Qué? —pregunto, y mi voz salé más fuerte de lo que me gustaría.

—Nos vamos de regreso a Colombia. Esta situación aquí está fuera de control, y lo mejor es cerrar este capítulo y retirarnos. —Su voz es directa, sin espacio para dudas.

Siento una presión en el pecho, una mezcla de miedo y frustración.

—¡No! No puedes irte ahora. No después de todo lo que he descubierto. —Mi voz tiembla, pero soy firme—. Estoy empezando a entender todo esto. No me voy.

Mariano cruza los brazos, observándome con calma, pero con una determinación que me deja aún más nerviosa.

—Esmeralda, la situación aquí es muy peligrosa. No puedes enfrentarte a esto sola. Volvemos a Colombia, y sería lo mejor si te unieras a nosotros.

Sus palabras me golpean con fuerza, pero no puedo aceptar eso. No ahora, no cuando estoy empezando a encontrar respuestas.

—No. Me voy a quedar. No puedo retirarme ahora, no hasta resolver todo esto. —Mi voz es más firme esta vez.

Jade me mira con frustración.

—Es un suicidio, Esme. Vas a enfrentarte a todo esto tú sola, sin ningún respaldo.

Sus palabras me lastiman, pero no puedo dar marcha atrás.

—¡No me voy! —grito—. Estoy cansada de escapar. Quiero resolver mi destino aquí, en este lugar, con mis propios términos.

Mariano y Jade se miran entre sí. El silencio que se crea me resulta ensordecedor.

—De acuerdo —dice Jade finalmente, con el rostro tenso—. No tienes más opción que prepararte por tu cuenta.

Me quedo sin palabras, sintiéndome débil, pero al mismo tiempo más decidida que nunca.

—Haremos algo por ti, Esme —continúa. Sus palabras caen como una bomba—. Contrataremos seguridad, armas, información. Todo lo que necesites para protegerte mientras estás aquí.

Me quedo quieta, asimilando sus palabras. Por primera vez, siento un pequeño respiro de alivio.

—¿Seguridad? —pregunto, aún desconfiada.

—Sí —responde Mariano con calma—. Vas a tener todo lo que necesitas para salir adelante, siempre y cuando puedas enfrentar lo que viene.

Mis manos se cierran en el cuaderno de Valentina. Sé que tienen razón. Esto no será sencillo, pero no voy a retroceder.

—De acuerdo —respondo finalmente. Mi voz es suave, pero firme—. Pero me mantendré aquí. Y voy a cambiar todo.

Ambos me miran con la misma expresión: una mezcla de duda, preocupación y resignación. Me siento con una mezcla de poder y miedo, sabiendo que esta decisión me hará más fuerte, pero también me pondrá directamente en el fuego.

Me levanto de la silla. Algo dentro de mí va encendiéndose. El ave fénix toma mi mente y lo decido en segundos. El destino está en mis manos.

—Voy a cambiar mi apariencia. Quiero que el mundo me vea diferente, que me teman, que me respeten.

La idea ya está clara en mi mente: ajustaré mi estilo hasta convertirme en alguien completamente irreconocible.

Estoy lista para enfrentar lo que venga.


Perdónenme por el tiempo que estuve perdida. No es fácil retomar la escritura, ya que mi tiempo es muy limitado.  

Espero que este cap les guste. 

Déjenme su opinión en comentarios... 

Los espero en Instagram. Por allá estaré dando muchos detalles. Se vienen sorpresas. 

Besitos...

https://www.instagram.com/milka.lopezh/


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 15, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ni tuya ni de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora