Volver a empezar...

EL SUEÑO DE ALGUIEN HECHO REALIDAD

Rita se miró al espejo inspeccionando cuidadosamente su aspecto, odiaba su nariz, era un hecho oficial, su cabello y ojos en lo que consideraba un aburrido color café no le hacían tampoco un gran favor, o al menos, eso pensaba ella en ese momento, cuando contaba con catorce años, cuatro meses y 12 dias de edad.

En un mundo adolescente cruel y despiadado en el que el mas popular imponía la ley, Rita no tenia mucho éxito que digamos, y en sus jovenes despertares aun no aprendía a quererse, no sabia a bien lo que quería de la vida, bueno, no, tal vez no sabia muchas cosas, pero tenia una muy en claro:

Quería ser el gran amor de la vida de alguien

Y así lo había escrito en un pequeño cuaderno en el que anotaba pensamientos y acontecimientos de su vida diaria.

Lo decidió un buen día cuando escucho una canción romántica, dedujo, luego de escuchar la letra que "algo" muy poderoso había inspirado ese tema e imaginó que no podía ser sino alguien que estaba muy, muy enamorado. Mientras recordaba esto, se alejó del espejo, tomando sus cuaderno, salió de casa.

Fue entonces,que cada noche, Rita soñaba en que llegaría, tal como en la películas, el amor de su vida, que al verse a los ojos se reconocerían uno en la mirada de otro, para después ser felices por siempre.

Ser el sueño del otro, hecho realidad.

SI QUIERES SER FELIZ

(MUCHO AÑOS DESPUES)

¿Como te despides de alguien con quien has vivido por mas de 20 años? Debes mostrarte como una persona ecuánime y madura, o al menos, eso pensaba Rita al terminar de empacar la ultima caja que se llevaría de su casa...ah, no, ya no era mas su casa. Habían acordado ella y Ricardo que volvería a casa de sus padres (ahora vacía) para no pagar otra renta, Ricardo se quedaría en la casa que habían compartido como matrimonio, era mejor así, que detalle tan generoso había tenido ella después de todo.

Sin embargo a la hora de irse, no quería despedirse con dramas, tampoco de forma muy casual, la Rita de su interior tenia otra opinión, deseaba gritar, tirar todo lo que pudiera a la cara del imbécil con el que había compartido casa, familia, hijos, mentarle la madre hasta cansarse y decirle sin más lo inmensamente cabrón que era al hacerle esto a ella, a ellos, a su familia, por que aunque los hijos ya fuesen unos jóvenes adultos, seguían siendo una familia, una familia desmoronada por él y sus problemas existenciales.

"Creo que ya no te amo", "No, no hay otra, lo juro" "Lo mejor será separarnos"

"¿Acaso no lo viste venir?" le pregunto Martha, su hermana y confidente, "No lo se" en realidad, quizá Rita sí lo supo, pero prefirió ignorarlo pensando que si no le hacia caso, el problema desaparecería.

"¿Estas segura de que no hay otra? ¿quieres que investiguemos?" insistía Martha. Rita no aceptó, "no tengo tiempo, dinero ni energía para hacer eso" y se le olvido agregar que tampoco tenia el valor para saber a Ricardo, compañero y padre de sus hijos, con otra persona, aplicando lo que decía su abuela "si quieres ser feliz, no investigues niña...no investigues"

Su esperanza de todas formas, murió hasta el último minuto en que, firmando la ultima pagina del papeleo del divorcio, finalmente, cayo en la cuenta de que no había sido una pesadilla, de que, tal como le dijo Ricardo, seria rápido y sencillo si no se ponía en plan pesado, los bienes, la ayuda económica, todo había quedado estipulado y ella, aceptado las condiciones, para no "hacer mas grande el problema".

Habiendo llegado a su vieja casa, aquella en donde creciera con sus padres, la ultima caja ya la habían depositado en el piso, dio las correspondientes propinas, cerro la puerta, tan vacío estaba su corazón, como la casa en es momento y solo entonces, al ver el poco mobiliario y reconocerse en el viejo espejo en el que solía verse antes de salir, se permitió llorar como una niña pequeña, deslizándose poco a poco recargada en la pared hasta terminar en el suelo, abrazada a sus rodillas.

El amor de su vida, la había dejado.