CAPITULO 3

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-Ya sé exactamente que haremos "sister" de mi corazón-

Anuncia uno de esos días Martha al llegar a su casa, con la mirada de quien encuentra algo valioso y secreto.

A Rita le da miedo esa expresión en su hermana, cada vez que se ha aparecido con una "idea" todo un lio se desata, es la historia de sus aventuras, desde que eran pequeñas. Rita siempre mas reservada y temerosa, ha tenido que secundar las famosas ocurrencias de su hermana y esta vez, no sabe que esperar.

- ¿Que cosa?...

- Haremos ¡un viaje! – contesta Martha en su tono mas entusiasta.

- ¿Qué? ¿cómo? ¿a dónde?, no, no quiero- Rita rotundamente contesta en negativa

- Un viaje dije, ¿como? En avión, ¿a donde? A la Riviera y no me digas que no quieres, es momento de que salgas del caparazón y te diviertas un poco, he dicho.

- No tengo ganas de ir a ningún lado, Martha por favor. Mucho menos a la Riviera, llena de gente feliz y familias con niños ruidosos. Eso tan solo me recordaría la familia que ya no tengo...

- Mentira, Lucy y Sebastián siguen ahí, y tu ahora, eres una mujer libre en vías de desarrollo...

Rita y Martha se miran por unos segundos y estallan en risas, "¿hace cuanto que no reia de esta manera?" piensa Rita, por eso ama a la loca de su hermana, siempre con una ocurrencia simple para hacerle sentir mejor.

- No puedes viajar Marthita, que será de tus críos y tu marido, la divorciada soy yo, no tu, no los puedes desatender...

- ¿Quién dice que los dejare de atender?- le mira Martha como quien sabe que lo tiene todo resuelto – Ellos irán a la casa de mis suegros a pasar unos buenos días de bosque y aire fresco, ¿lo ves? Es un descanso para todos, ellos de mi, yo de ellos...-

Risas nuevamente, Rita lo entiende, aun recuerda ese cansancio eterno de cuando cuidaba a sus hijos pequeños. Una nueva nube de nostalgia, ahora que ya no estaban, Rita había pensado en su vida futura con su ex esposo, haciéndose viejos, saliendo a cenar al café de la colonia, durmiendo tal vez frente al televisor, esos detalles cotidianos que forman el diario vivir...sus manos con pecas dibujadas por la edad, sosteniéndose el uno al otro....

Sin saber como ha pasado de la risa al llanto de un segundo a otro, se disculpa con su hermana

- Soy una montaña rusa de emociones, ya no se que carajo me pasa...

- ¿lo ves? – dice Martha – un viaje te vendrá como receta de doctor, aire, brisa marina, olas, algunos cocteles...

- Pero, no me agradan los hoteles ruidosos ...- le recuerda Rita, ahora ya mas convencida de que el viaje no será tan mala idea – y además, tenemos el asunto del dinero...

- Te dije que ya lo tengo resuelto, iremos a una casa de playa, no nos costara ni un peso, se la han prestado a Raul sin ningún inconveniente y el esta mas que dispuesta en dejarnos a las dos solas en lo que se lleva a los niños con sus papás...

Rita se queda mirando por la ventana, el clima ha sido algo lluvioso y gris estos días, la promesa de sol y brisa le suena alentador, si, quizá Martha tenga razón y tomarse esos días le vengan bien

- Esta bien sister, lo haré, pero tenemos que venir a tiempo para cuando mis hijos regresen, ¿va?

- ¡Va que va!- le contesta Martha con mirada brillante y entusiasta, casi casi dando saltitos de alegría

"Un aire diferente, me hará bien", se repite Rita en la mente.

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