Perspectiva de Rafaela.
— Qué te pasa rolingueta? estás bien? andas callada como loro que lo han cambiado de dueño — Tino rompió el silencio que reinaba en el living de mí departamento, haciendo que mí nubecita de pensamiento se evapore
— La extraño mucho, no me dió señales de vida desde que la despedí en el aeropuerto — jugaba con la punta de mi lápiz trazando dibujos sin sentido sobre uno de los apuntes de la facultad, bajo la atenta pero apenada mirada de mí mejor amigo.
— Capaz anda a full con el trabajo gorda, sumado al largo viaje. Debe estar descansando — Tino busco mí mano libre para acariciarla y tomarla entre sus dos palmas — Ya te va a escribir, paciencia
— Tin, llegó ayer y todavía no es capaz de contestarme, ni un "llegué" — suspire buscando entrelazar mí mano con la de mí amigo, sin quitar la mirada de los garabatos que empezaban a decorar los márgenes de la hoja
— Roli, vos no estarás flasheando un poco? — sus palabras me helaron, el lápiz en mí mano cayó sobre la hoja y mís ojos se direccionaron directo a los suyos — no te parece mucho?
— Mucho? qué cosa es mucho Valentino?
— Que la conociste hace dos semanas y estás carburando a más no poder la razón por la cual no te contesta, raf — no voy a negar que Tino un poco de razón tenía, pero a la vez yo tenía mís razones.
— Sé que la conozco hace poco, es verdad — suspiré — pero me siento muy rara. No me la puedo sacar de la cabeza ni un minuto, tengo todavía su olor impregnado en la nariz
— No te juzgo, amigui — se levantó de su lugar para luego acercarse a mí, y abrazarme por la espalda sobre mís hombros — pero quiero que cuídes tu corazón. Ella no es de acá, tiene su vida en Puerto Rico y miles de cosas que todavía no conoces. Fueron solo dos semanas
— No sé que tiene que me hace sentir así, hace mucho que no siento algo así cuando miro a alguien — cerré mis apuntes porque definitivamente estaba resignada a poder seguir leyendo — no sé que hacer, no me quiero sentir así
— Así como rafa?
— Así, interesada por alguien, con la cabeza en ella todo el tiempo y maquinando hora sobre hora que estará haciendo — suspiré y me levante de mí lugar para luego apagar mi notebook — voy a salir a despejar la mente, querés venir?
— Me encantaría amiga, pero mañana laburo temprano — sonreí sin problema y asintiendo a la respuesta de mí amigo
— No hay problema gordo, después venite a cenar y tomamos unas birritas en la terraza — abracé a mi amigo en modo de despedida, para luego abrir la puerta y que siguiera solo su camino por mí edificio que ya se conocía de memoria.
Fuí a la cocina a buscar una botella de agua de la heladera, me senté sobre la pequeña isla color blanco brillante que adornaba mí lugar favorito de la casa. Movía mís pies de lado a lado, no me sacaba de la cabeza a la muchacha de ojos azules que solo le bastó un par de días el dejarme totalmente loca por ella. Prendía mí celular cada 5 minutos, buscando esa notificación que me hiciera saltar de alegría y alborotara mís sentidos. No había nada, solo miraba la hora mientras jugaba con la tapita de mí botella. Pensaba donde podía ir a entretenerme un rato, descansar la mente y no pensar. Pero los flashbacks con Victoria me impedían la claridad.
— estás muy linda, sabías? — sus manos tatuadas viajaban por mí espalda desnuda, enredando de vez en cuando sus dedos en el único lazo que mantenía mi top color rosa viejo de crochet en su lugar — te queda excelente este color — su mira recorría mí cuerpo desde mís piernas abrazadas a su cintura, hasta mis ojos perdidos en su rostro analizando cada detalle de él
— sé que te gusta el rosa, por eso me lo puse — guiñé un ojo provocando una pequeña carcajada en la puertorriqueña — vos también estas preciosa, estamos combinadas — sonreí mordiendo un poco mí labio inferior, de forma sutil.
Victoria sonreía, sus manos se apartaron de mí para acomodar su cabello detrás de sus orejas y luego colocar una de ellas en su cintura con su dedo mayor y anular enganchados la presilla de su pantalón color chicle, en compose con su bandó del mismo color, el cual tenía grabado en la parte central "Baby Miko" en color gris.
Por sus manos caían brazaletes de color plateado, con pequeñitos detalles en fucsia y su cuello era decorado por una cadena algo gruesa con un dije en representación de sus amigos "1K".
— No puedo creer que estés tan regia después de que hayamos ido al Buenos Aires trap — reí, saqué del bolsillo de mí short mi celular para desbloquearlo y usar su cámara de espejo — mírame a mí, parezco vagabunda
— Eres rolinga, no?
— Es verdad. Vivo las cosas con el doble de euforia — rodee sus hombros con mis brazos, atrayendola hacía mí con mís piernas aún rodeandola, quedando cara a cara con nuestras frentes unidas. Nuestras respiraciones iban al compás, nuestras miradas estaban fijas, sus manos marcaban dibujos en mí espalda y las mías acariciaban las puntas de su cabello. Estabamos en la nuestra.
— Sos increíble, raf — susurró acercándose a mís labios, para luego dejar un beso en la comisura de ellos, erizando mí piel
— Me descolocas la mente — susurré antes de que los centímetros que nos separaban dejen de existir.
Cuando nuestros labios se encontraron, fue como si el mundo se quedara en pausa. Era cálido y al mismo tiempo suave, como si fuera algo frágil que debía cuidar. Sentí su respiración mezclarse con la mía, y un cosquilleo me subió por la espalda, erizándome la piel.
Ella suspiró, apenas, y ese sonido hizo que me acercara un poco más, como si ese beso pudiera consumirnos a las dos. Mis manos buscaron su rostro desesperadamente casi sin darme cuenta, viajando antes por su nuca y cuello, cuando mis dedos rozaron su mejilla, sentí el calor de su piel, esa calidez que no quería soltar nunca.
Me separé un poco, solo lo justo para verla. Sus parpados estaban entrecerrados dejando ver sus destellos azules, sus labios todavía entreabiertos, y me miró como si el universo entero hubiera cambiado en esos segundos.
Me asuste al oír sonar mi celular, el último tono de llamada hizo que la pantalla se encendiera dejando ver una notificación
Tienes una llamada perdida de "Vicky 💘"
Mí corazón se aceleró, pareciera que por arte de magia mís recuerdos la trajeron hasta este momento. Como si estuviéramos unidas por telepatía y sintieramos muy dentro cuando una necesitaba de la otra.
Al bajar la barra de notificaciones sin desbloquear el celular, ví que también tenía mensajes de la rubia en WhatsApp, rápidamente entre al chat sin pensarlo ni un minuto.WhatsApp:
Vicky 💘
— Vicky 💘; Te necesito. podemos hablar? ya te explico todo.Respiré profundo y sin pensarlo dos veces, presione el icono de "llamar". Sentía como mí corazón se aceleraba poco a poco y mi respiración se enfriaba. Algo me daba miedo, pero no sé que.
— M 🤍
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