Capítulo 16

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Miraba a mi alrededor, nunca imagine que el viviera esta vida, llena de lujos, intentaba no impresionarme con todo, sentada en el gran el jet privado de Julian.

-¿De verdad te gusta esta vida? – pregunte.

-En parte – dijo acomodándose a mi costado – cuando te acostumbras a ser acosado, todo es bueno – hizo una rara mueca.

Solté una suave risita – no se como te gusta ser perseguido por paparazis pendientes de cada paso que das.

-Esa es la parte mala – recostó un poco la silla de cuero color café claro – pero tranquila estaré a tu lado para que no te molesten.

-Oh eres mi héroe – dije imitando su acción quedando a su misma altura.

Sin pedir permiso recosté mi rostro en su pecho sintiendo sus suaves palpitar, su brazo paso por mis hombros acercándome a su torso, tratando de no dejar algún espacio entre nosotros. 

-Te amo – susurro, sonreí como tonta.

Levante levemente mi cabeza – te amo – dije sobre sus labios, acariciando su pecho con mi pulgar, mostrado calma en cada roce entre nosotros.

Me separe por falta de aire, pero eso no significaba que me alejaría de su aliento a menta fresca. 

-¿Cuánto has hablado de mi? – pregunte, recordado a lo que había dicho el moreno.

-Mas de lo que piensas – tomo un mechón de mi pelo dejándolo detrás de mi oreja – tu eres la fuente de inspiración de cada canción que he escrito, tu eres el motor de mi carrera.

Sonreí totalmente contenta - ¿cada una? – pregunte sin poder creerlo.

-Todas – dijo sonriendo de oreja a oreja.

-Gracias – dije mirando sus penetrantes ojos, esas puertas que me llevaban a su alma, su verdadero ser.

-No tienes nada que agradecer – tomo aire – en cambio yo... si... estar contigo de nuevo es perfecto.

-No quiero ver la cara de mi hermano cuando se entere que te perdone – dije recordado a Agus, llevaba casi un mes sin saber de él, lo extrañaba.

-Ese es mi temor – dijo mostrando angustia en su mirada.

-¿Por qué? – pregunte acariciando su piel suave.

-Me debe odiar, me imagino que le debiste contar que soy lo peor que pudo haber nacido – dijo como si fuera un drama.

-Bueno no tanto así, hable mal de ti el 89%, el resto solo me recordaba lo mucho que te amaba.

-¿Me amabas? ¿Es que ya no sientes nada por mí? – abrió los ojos casi apunto de salir de las orbitas.

Reí -no seas bobo – le pegue en el pecho – eso era cuando no quería ni verte.

-¿y ahora? 

-No quiero volverte a perder.

Juntamos los labios en ese espacio reducido que siempre existo, es que nunca volverá a ser tan grande.

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Perdí la noción del tiempo, encerrada en las placas metálicas y mas cuando en todo el viaje has dormido entre los brazos de tu único amor, no recordaba muy bien lo que pasaba, solo sentí como Julian me despertaba para ubicarme apropiadamente y abrocharme el cinturón de seguridad.

-A todas estas ¿Dónde estamos? – busque a mi alrededor la tela negra que me son tendría en cualquier accidente.

-Comenzaremos en Australia – acaricio mi mano, posada en el brazo de la silla.

-¿Australia? – exclame con fuerza - ¡esto es genial! – reí con nerviosismo al ver como todos los ayudantes de Julian me miraban.

-No sabia que te emocionarías tanto – dijo aguantando la risa.

-No te rías – le di un suave golpe en el hombro – hace unas semanas estuve averiguando, y me entere que habrá una feria de arte en me dio de la calle Watson y la Lign, ¿te imaginas cuantos exponentes irán?

-Wow, no sabía cuanto te gustaba la fotografía.

-La amo – lo mire con seriedad – después que me fui del país, quería estar sola, no quería hablar con nadie, así que mi padre me compro una cámara "para pasar el rato" – solté una risita – pero fue mas que eso, fue mi escapatoria, fotografiar la felicidad de los demás, la belleza del mundo – mis ojos se nublaron al recordar esos días de soledad.

-No llores – dijo rápidamente – prometo que todo lo que sucedió, quedara en el olvido, todo será mejor que nunca – beso mis labios con ternura, haciéndome olvidar en donde estaba.

"Bienvenidos a Australia" dijo la voz motorizada de la auxiliar de vuelo.

-¿Aceptarías mi compañía en la feria? – dijo parándose de la silla, extendiendo su mano.

-Es lo que mas quiero – acepte cordialmente su mano, con impulso me lance a su cuerpo, empinándome un poco para alcanzar sus delicados labios.

Gritos se escuchaban en todo el avión, las compuertas estaban abiertas, me separe con nerviosismo.

-Tranquila – me tomo entre sus brazos – no te comerán viva.

-Serrano no estas ayudando en nada – dije seria – de verdad ¿Cómo sobrevives?

-Amor, no te preocupes, te iras acostumbrando – beso mi mejilla con lentitud.

-¿Amor? ¿Me acostumbrare? – Lo voltee a ver - ¿quieres decir?

-Claro, de ahora en adelante me acompañaras en mis giras – beso mis labios, con delicadeza se separo – amor...

Perdonarte?- Orian ( Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora