No se porque pero ya imaginaba lo que iba a decir.
Entre y la ví con los ojos rojos, sentada en su escritorio, no era la mujer de hace unos días, me miró fríamente, sabía que mis palabras le habían dolido, pero sabia que esa no era la razón de ello.
-Siéntante -dijo mirándome indiferente.
-Mamá... Yo...- dije tratando de disculparme.
-No digas nada, tengo que comunicarte que te iras a vivir con tu tía, tu padre y yo hemos decidido separarnos, no puedo cuidarte ahora porque viajaré por un tiempo, meteré a tu hermano a un internado, porque no tengo tiempo para más problemas, los amo a los dos pero quiero estar bien, ahora estoy destruida, quizá me demore mucho en volver a ser la misma, pero quizá no me entiendas, tu padre fue mi primer amor, primer novio, no sufrí nunca, y no sé lo que es esto, me siento una adolescente, estaré comunicándome con ustedes lo prometo, se van dentro de tres días, tu padre vendrá a despedirse de ustedes, si es que te preocupa eso, y sobre lo que te dije discúlpame, pero no fue la manera de arreglar las cosas, aunque aun no entiendo muy bien todo lo que paso.
-Mamá, no quiero irme- me acerqué llorando y la abracé.
-Es lo mejor ahora girl, descansaré un poco. -me dio un beso y se acostó.
Salí llorando del cuarto, pero tenía razón, me haría bien alejarme de todo, de Bruno sobre todo, lo quiero aún, pero jamás se lo perdonaría, y a Michelle la mataría si pudiera, como no me di cuenta que no era mi amiga, igual creo que los golpes que le di la habrán hecho arrepentirse de haberse metido conmigo, aunque claro seguro seguiría con Bruno, la hubiera perdonado si hubiera sido mi ex, sé que cualquiera pensaría que estoy loca, pero si puedo ser demasiado liberal, creo que uno termina con alguien por razones y si no volverás con él, déjalo ser feliz, son cosas que pasan.
Después de pensar y pensar me quede dormida en mi cuarto.
Me levanté por una llamada, sin mirar contesté, era una costumbre en mi, entonces era con quien menos quería hablar.
-Allie, porfin me contestas, podemos hablar -decía esa voz tan familiar con la que antes hablaba todos los días.
-¡¿Bruno?! No, como pudiste lastimarme de esa manera -dije totalmente dolida.
-Sé que me odias, pero déjame explicarte, ser amigos, algo -dijo sonando desesperado.
-Bruno, por favor, eso no pasará, me iré en unos días de la ciudad, sé feliz, te deseo lo mejor, pero no puedo disculparte, al menos no ahora, adiós -dije mientras mi corazón se rompía un poco más, quería verlo, pero me conocía y sabía que si lo veía no hubiera podido alejarme.
-¿Te irás? Soy un imbécil, espero me perdones algún día, te amo -dijo haciéndome sentir aún peor, así que colgué.
Y si lloré, lloré como un bebé recién nacido, viendo fotos, cartas, tantos recuerdos que sabía que tenía que olvidar, y entonces mi corazón quedo hecho añicos, era las primera vez que me sentía así, prometiéndome así que sería feliz, y haría una nueva vida con mi tía.
Me había quedado dormida, tenía los ojos hinchados, había llorado mucho, decidí meter a bañarme, el agua caliente relaja bastante, estaba perdiéndome en mis pensamientos hasta que escuchar un grito de mi madre...
