The New Avengers

Hasta los demonios pueden enamorarse

*Pdv de Drago ScarletBlood*
¿Será ella? La linda chica con gafas y una enorme cicatriz que le atravesaba el ojo izquierdo que conocí hace más de 1500 años. Kony Dinamite es idéntica a ella, es igual de linda, con sus hermosos labios gruesos, su hermoso cabello rizado y sus ojos, la chica más hermosa que he visto en mi vida... ¿¡¿Pero qué me esta pasando!?!...
Después de esa pelea, mis hijos y mi ejército de Dracobots nos tuvimos que retirar nuevamente a la base. Mis hijos son los mejores guerreros que puedan existir, pero suelen fallar mucho en las misiones. Compasión. Aún recuerdo aquel día en que los encontré...

Flashback...
Era un día lluvioso, me encontraba caminando por la calle y como cualquier otro demonio, buscando posibles almas las cuales devorar. Me percate que había una mujer con una apetitosa alma junto a mi, tenía el cabello negro, los ojos color menta y vestía como una pordiosera, estaba a punto de morir, al parecer se percató de mi presencia y me rogó que no la matara. Yo no comprendía como conocía su terrible destino pero me percate que tenía 2 bultos en cada mano. Me di cuenta de lo que eran y decidí perdonar su alma. Ella me miro a los ojos, agradeció y se convirtió en ceniza, dejando a los 2 pequeños bultos indefensos en el suelo. Después los recogí y me di cuenta que eran niños con dones especiales, decidí adoptarlos y criarlos como sí fueran mis propios hijos, Cosmos (cabello negro, ojos verdes) con la habilidad de telequinesis, poderes telepáticos , y Wanda (Cabello negro, ojos rosa intenso) con la habilidad de correr más rápido que la luz.
~fin del flashback...

Luego de estar un rato reflexionando decidí pasar por el laboratorio donde examinaban el Constancium, para intentar aclarar mi mente de ese extraño sentimiento hacia Kony.
-¿Cómo está la situación, Doc?- Le pregunte a la Dra. Gray.
-Estamos examinando la sustancia para ver si es estable y compatible para un demonio, Señor- Me contesto, mostrándome un tubo con una sustancia brillante multicolor en su interior.
-Creo que pronto habrá un cambio de planes, Doc- Dije, antes de irme a mi oficina.
-¿A qué se refiere, señor?- Parecía algo confundida.
-Pronto lo sabrá- Me transporte de las sombras a mi oficina, es una forma mucho más rápida de transporte.

En mi oficina, me senté en mi silla y me puse a examinar la gema que había en mi mano derecha, la gema que había conseguido luego de un combate contra unos seres llamados "Gemas de Cristal", me sentía algo agotado por la pelea y al intentar apoyarme en un mueble de la nada se abrió un cajón y al ver su interior me di cuenta de que había un álbum de fotos dentro, lo saque con cuidado y comencé a examinarlo con curiosidad. Estaba forrado de piel humana y tenía un extraño broche en forma de garra de dragon, después de forcejearlo un rato logre abrirlo y adentro de encontraban fotos de los más grandes asesinos al lado de sus víctimas, me preguntaba que estaría haciendo esto aquí, seguí hojeando hasta que llegue al final del libro, mi corazón dio un vuelco y una ola de recuerdos invadió mi mente, eran fotos mías y de ella, Scar, era idéntica a Kony Dinamite, a excepción de las gafas y que se veía un poco más joven. Pase mi mano por las fotos, como queriendo sentirla de nuevo, en ese momento, Servil, mi mejor amiga y mi asistente principal, azoto la puerta haciendo que me asustara un poco.

Narradora:
Drago dirigió la mirada hacia la puerta y sonrió al ver a la chica, era alta y delgada, tenía la piel de un color crema y la cara llena de pecas, una linda nariz respingada y unos grandes ojos azules con largas pestañas negras y rizadas, tenía el cabello pelirrojo muy rizado. Desde lejos parecía una chica normal vestida de piloto espacial, pero más de cerca se le notaban sus orejas y una larga cola de comadreja.
-Hola, Servil- Saludo Drago.
La chica pareció sorprenderse ante la presencia de Drago, se sonrojó un poco.
-¡Amo!... Lamento lo de la puerta, no sabía que ya había llegado de su misión- Tenía las manos detrás de su espalda y parecía algo nerviosa.
-No te preocupes, Servil, no es nada...- Reflexiono un poco- Oye, necesito que me des un consejo...
Servil se mostró algo confundida ante esta petición, pero no dudo en ayudar a su amo y mejor amigo. Se acercó al pelicastaño de ojos rojos para prestarle más atención.
-Pues...- Drago se sonrojó un poco -Me gusta una chica y... No se cómo demostrarle mis sentimientos hacia ella y como eres mi mejor amiga ¿Que me recomiendas que haga?

*Pdv de Servil*
Me siento algo confundida, MI Drago esta enamorado de otra chica que no soy yo y me esta pidiendo un consejo...
-Pues, no se, envíale flores- No sabía que contestar, creo que me acaba de romper el corazón.
El se quedo pensando un rato y me miro con sus profundos ojos rojos.
-Bueno, gracias Servil- Me dio un cálido abrazo y se fue.
Llevamos casi toda mi vida siendo amigos, pero desde que el me salvo de la muerte hace más de 20 años me he enamorado de el.
Salí de la oficina de mi amo y choque contra alguien, era alto y tenía un traje parecido al mío, tenía la piel de un color verdoso y unos afilados dientes de cocodrilo, su cabello era color verde oscuro y tenía una gran cola de cocodrilo.
-¿Coco?¿Qué haces aquí?- Pregunte algo molesta, Coco era uno de los sirvientes mitad animal que ayudaban a mi amo.
-Lo siento, Servil, Minion quería que te dijera algo- Se sonrojó un poco y se fue.
Minion es mitad humano, mitad hurón y siempre se comporta de manera muy extraña cuando yo estoy cerca de el, se sonroja y, aveces me parece lindo, pero mi corazón le pertenece a Drago... A no ser...

*Pdv de Drago ScarletBlood*
Me quede algo confundido de la repuesta de Servil, ella siempre me contestaba algo inteligente, tal vez estaba ¿Celosa?
No, no lo creo, nosotros siempre nos hemos visto como amigos mutuamente y ella siempre había sido una buena consejera.
Recorrí unos cuantos pasillos de la base y me pare enfrente de un enorme espejo color negro, de pronto, apareció una criatura muy alta, con la piel de un color rojo intenso, cuernos enroscados, unas grandes alas de murciélago, cola larga terminada en un aguijón y unos ojos amarillos demoniacos, esa criatura es mi padre, el Sr. Satán.
-Hijo mío- Dijo mi padre con una voz grave y firme.
-Padre...- Conteste.
-Hijo, ¿Cómo te va con tus planes de robar todas las almas de la Tierra?-
-Excelente, padre, hemos progresado mucho y los beneficios del Constancium nos serán de mucha utilidad para la mega-evolución que tenemos planeada-
-mmhh- Se rasco la barba- ¿Y no has tenido complicaciones?-
Me sonroje al recordar la última pelea y a esa hermosa chica que me resultaba espantosamente familiar.
-Emh... No, padre...- Intente disimular.
-Bien, hijo... Emmhh... Tu madre y yo queremos decirte algo- Se rasco nervioso la nuca.
-¿Qué sucede, padre?- Me alegre de que hubiese cambiado de tema.
-Mira, hijo, estas a punto de cumplir tu 6to milenio y ya eres un demonio adulto y, pues...-
Repentinamente apareció al lado de mi padre una figura femenina alta, su piel era completamente negra, tenía 4 bocas en el abdomen, otra que le cruzaba el pecho y otra en la frente (aparte de la del rostro) llenas de afilados colmillos color rojo sangre, en su cabeza tenía un par de cuernos enroscados hacia abajo y su cabeza parecía estar flotando entre sus hombros.
-Queremos nietos, hijo -Interrumpió mi madre con una voz profunda - Llevas casi 2 milenios organizando este plan que no te has preocupado en formar una familia, dime, ¿Te has enamorado?- Me miro fijamente
-Madre, yo...- Me volví a sonrojar.
-Hijo- Hablo mi padre- Tu madre y yo te apoyamos en el plan, pero si no nos das un heredero para el próximo solsticio de Invierno (400 días), desterraremos tu trono del Infierno- Mi padre cortó la llamada y y sus figuras se esfumaron.

Me sentí algo frustrado en ese momento y recordé que mis padres no reconocían a Cosmos y a Wanda como sus nietos porque no fueron engendrados por mi. Debía dar inicio a un nuevo plan para atraer a mi amada Kony Dinamite. Me imagine si ella y yo tuviéramos un hijo, sería un poderoso heredero para mi trono. Un extraño sentimiento de Lujuria se apoderó de mi, debía ofrecerle un trato.