En 1954 un asesino salvaje mantuvo a la ciudad de Bladenboro, Carolina del Norte en asfixiante abrazo de terror. Dejó huellas grandes, un rastro de sangre y una leyenda espeluznante. ¿Era un oso, un gato o algo aún sin identificar por la ciencia que causó la muerte de muchos animales domésticos y ganado de una manera muy inusual, rompiendo sus mandíbulas, aplastandoles la cabeza y succionando su sangre. Las mujeres y los niños permanecían encerrados en sus casas y los hombres no se atrevían a caminar afuera sin un arma. Hasta la fecha, la criatura sigue siendo un misterio.
(A esta extraña criatura se le asocia tambien con el chupacabras aunque tampoco ha sido comprobado)
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Creepypastas y Leyendas Urbanas
RandomLos únicos relatos capases de crear tal miedo en ti que desearas dormir con la luz prendida :)