▸ : Capitulo siete

90 12 10
                                    

Se encontraba desde temprano en la cocina preparando un excelente desayuno ya que su familia iría para visitarlo y después saldrían para ir a una de las tantas propiedades que tenía sus padres, que en este caso sería la casa en un lindo bosque, pa...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se encontraba desde temprano en la cocina preparando un excelente desayuno ya que su familia iría para visitarlo y después saldrían para ir a una de las tantas propiedades que tenía sus padres, que en este caso sería la casa en un lindo bosque, para pasar el fin de semana. Su familia era demasiado unida y les gustaba pasar de vez en cuando los fin de semana juntos para ponerse al corriente de sus vidas y pasar lindos momentos juntos.

Mientras cocinaba muy animadamente escuchó el llanto de su bebé por lo que rápidamente dejó lo que estaba haciendo para ir a ver que pasaba, lo tomo en sus brazos y acarició su cabello en busca de calmarlo un poco; volvió a dirigirse a la cocina con su pequeño en brazos y poder continuar con lo que hacía, la parte buena de esto es que su bebé se había calmado. Todo fue más tranquilo después de eso, logró acomodar a su pequeño en el portabebe y ponerlo cerca de él para supervisarlo en lo que terminaba de cocinar.

El desayuno, la mesa y todo los pequeños detalles que preparo para su familia estaban listos, ahora solo faltaba esperarlos para sentarse a comer, no esperaría mucho ya que se acercaba la hora a la que los cito. En lo que esperaba decidió darle un baño a su bebé y cambiarlo, también se dio un baño y se arregló un poco para verse más presentable.

Su timbre sonó así que volvió a tomar a su bebé y fue directo a la puerta principal emocionado por ver a su familia, lástima que no lo era. Su sonrisa se borró al ver quien estaba parado frente de él, trató de volver a cerrar la puerta, pero Jay se lo impidió.

- ¿Qué pasó, cariño? Parecías muy feliz al abrir la puerta, ¿a quien esperabas? — preguntó mientras ingresaba a la casa.

- No vuelvas a llamarme así, te recuerdo que no somos nada, ¿qué necesitas? — se encontraba molesto. Después de mucho tiempo él volvía de la nada creyéndose la gran cosa y entrando a su casa como si fuera bienvenido, ¿qué rayos le pasaba por la cabeza?

- Parece que alguien se despertó de mal humor — se acercó a él y acarició su mejilla — Vine porque tus padres me invitaron a pasar el fin de semana en la casa del bosque.

- Suéltame, no me estes tocando, idiota — bruscamente quito la mano del contrario — Que mis padres te hayan invitado no significa nada, solo fue para que pases tiempo con tu hijo ¿o acaso olvidaste que tienes uno?

- Mucho cuidado en la manera de hablarme, Bahng, y claro que no olvide que tengo un hijo, pero a mi me parece que esto solo es una estúpida excusa para verme, yo sé que me extrañas, solo te haces del rogar.

- Te hablo como a mi se me da la gana, y no, no te extraño, si por mi fuera no te viera nunca más, pero tenemos un hijo juntos y debo de verte para que puedas pasar tiempo con él.

- Ay, por favor, ¿quien te cree ese cuentito? Verás que en este fin de semana haré que vuelvas conmigo.

Estuvo apunto de responder cuando sus padres junto a sus hermanos, cuñados y alguien más, pero no distinguía quien entraron a la casa.

▸ : Dulce Amor ! ᴶᵉᵒⁿᵍᵇᶦⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora