•° capitulo dieciocho °•

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— ¡oigan almenos a que esten cogiendo, tengo hambre y me deben alimentar!

Fue el grito que sonó desde abajo en la sala qué hizo que ambos adultos hormonales se separaran de otro lujurioso beso

Marshall estaba completamente extasiado por el aroma en su habitación, su vista se libero de la poca neblina que cubría sus ojos

Mientras tanto el aleman gruñó un poco con molesta al escuchar quien interrumpió su alivio, se acomodo su ropa y limpio el exceso de saliva qué tenía en las comisuras de sus labios

Marshall trataba de hacer lo mismo pero sus manos temblaban demasiado para lograr tal acción

Chase como el buen esclavo que se proclamó a ser, se arrodillo ante Marshall y le ayudo a acomodar su ropa

— lo siento.. me siento algo mareado.. — hablo con leve pena en el asunto, sabiendo que nisiquiera era su culpa.

— no fue tu culpa, además el aroma de ambos te hace sentir así.

— nunca entenderé porque tu no sufres lo mismo, recuerdo que estabas cuerdo cuando llego mi rut. — hablo con leve sarcasmo acomodando sus rizos de blanco con mechones teñidos de negro.

— no sabes el esfuerzo que puse en eso. — río con leve excitacion en el sistema.

— uh?

— vamos cariño.. — se acercó peligrosamente a su cuello aspirando aun el dulce aroma seductor qué había en el. — quien no se puede resistir a ti?..

— Chase.. — hablo con muchos sentimientos mezclados, miedo, pena, felicidad, «porfavor, más cerca» era lo que su instinto le hacía pensar, y eso lo hacía sentirse morboso.

— tu hermano.. es muy grande como para hacerse algo de comer..no? — su cordura se acabó poco a poco, sumergiendo su nariz en el.

— u..uh.. — ya no podía articular otra palabra, miraba a un punto fijo en el techo, buscando las palabras.

— el gato te comió la lengua?..

— Chase .. me pones nervioso.. — jadeo lastimeramente paseando una de sus manos sobre el cabello café oscuro del moreno.

— lo siento mucho.. — comenzó a tomar la misma posición de hace un momento.

— Chase.. no debemos.. NGH!.. — sintió una mordida en su cuello, se tapo la boca mordiéndose la lengua, la herida no rompió la piel pero al no ser algo esperado y en el costado, se asusto.

— mgh.. pasa algo..?

— debemos bajar.. — sus ojos se volvieron acuosos y trato de separarse sintiendo como sus piernas comenzaban a tener temblores por la vergüenza y la situación.

Mientras tanto, un impaciente Rubble se cuestionaba seriamente subir las escaleras, tenía hambre y se le antojaba un poco de fruta qué Marshall no tenía a la disposición del menor

Decidió subir haciendo que sus pasos fueran sigilosos «qué más da, no creo que tengan las agallas para hacer eso» Pensaba mientras se acercaba al final del pasillo, al no escuchar algún sonido fuera de lugar, supuso que no había del que preocuparse

¡Mi Estrella De Basquetbol!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora