¡Mi Estrella De Basquetbol!

•° capitulo veinte °•

Cuello

Una bastante molesta picason y sensación de hormigueo en su nuca lo molestaba enmedio su auto-placer

Bueno, en medio de una búsqueda sobre la opinión de los intermediarios sobre su esfuerzo en esa temporada encontró una o dos páginas las cuales en su vida pudo haber visto ni incluso en su adolescencia

Su curiosidad le ganó sobre todo, de un momento a otro entró en una página tripe X,  viendo como un alfa algo robusto sometia a un omega delgado contra la cama

Sus hormonas se alocaron de repente al escuchar los varios gemidos inquietos combinados con ruegos de tenerse o ir más lento

Su imaginación le jugo en su contra, o talvez sus hormonas esperaban ese alocado descubrimiento

El sabia que hacer, o almenos su lujuria lo dicto. Sus suspiros y jadeos hiban en aumento, su mente dibagaba en recuerdos subidos de tono con el aleman,subía su excitacion, de un momento a otro toco un punto estimulante, haciendo al albino dar un leve grito de excitacion

Enmedio de él placer, su nuca comenzó a hormiguear y dar leve picason, y en ese excitante momento, una llamada llego a su celular, sin pensar demasiado, contestando

— uh.. mh, quien a-abla.. — su voz sonó temblorosa, mordiéndose el labio para no jadear.

— mhh.. ahora ya no eres virgen? — una risita se escucho al otro lado.

— ah!.. Zuma.. — se sintió incomodo así que comenzó a parar.

— no no, todo bien, fuimos pubertos alguna vez.

— p-pasa algo?..

— oh demasiado! Tengo que contarte tanto.. pero, necesito decirlo en persona. — escucho un leve jadeo y comenzó a reir con fuerza. — parece que estas ocupado.

— o-oye tu.. tienes razón..  m-mejor me voy.. — colgó rápidamente y siguió con su trabajo.

..🏀..

Una linda y lujosa casa era habitada tan solo por dos personas, no era que ambos no quisiesen hijos, pero ninguno pensaba en ello por más que su vida sexual fuera casi un pilar en la relación

Un peligris se encontraba acostado en el sofá, sobre un pequeño moreno que acariciaba el puente de su nariz y sus mechones reboltosos color ceniza

— Zuma.. — el más alto rompió ese cómodo silencio, escuchando un suave "mh" por respuesta. — Chase y yo.. hemos pensado retirarnos..

— están en su mejor momento.. y aun son muy jóvenes.. — se quejo el otro, aunque la idea de tener casi siempre al ojiverde en casa no le molestaba.

— lo sé..  por eso lo hemos pensado..

— se que tomaron una decisión, no es así?

— bueno.. todo tiene un inicio y un final. — cerró sus ojos, escuchando la risita tímida del más bajo.

— que triste se pondrá Marshall..

— si se hubieran conocido antes.. talvez no sería tan apresurado eso.

— el amor va lento.. el tiempo no.

— si Chase no renuncia, yo lo are.. para estar contigo.. — volteo a verlo, sonriendole suavemente.

— te amo demasiado.. — Zuma dijo con algo de pena, pero de inmediato le dio un cálido beso en los labios.

— yo mucho más..  de lo que no tienes idea.. — cerró sus ojos denuevo, y abrazo con más fuerza, suspirando.

Todo estaba calmado, sereno, gentil

Todo estaba perfecto, el mundo soñado de ambos, solo eran ambos Rocky y Zuma, Zuma y Rocky

Ese momento tan hermoso y sereno fue interrumpido por una llamada, un escandaloso Tono de llamada los saco de su transe

— tch.. gracias dios. — dijo Rocky con leve sarcasmo mientras contestaba el celular.

Rápidamente el semblante de Rocky se cambio a uno más alegre, hablando mientras buscaba el contacto de la palma de la mano de Zuma en su cabeza

No tenía porque irse a otro lugar a hablar, o apagar rápidamente el celular

¿Para que? Zuma fue, es y será la luz de sus ojos, no lo engañaría ni en esa ni en mil vidas, y si fuera ojalá muriera de la forma más horrenda

El lo ama, nadie se lo cuestiona

— Rocky.. — la suave voz de Zuma capto su atención, rápidamente volteando la cabeza.

— pasa algo?

— tengo hambre.. — sonrio levemente.

— voy por un poco de fruta a la cocina. — colgó la llamada y fue a su destino.

Cuando lo vio irse, esa suave sonrisa se borro de su cara, no era infeliz en su relación, de hecho era el omega más feliz del mundo

Pero claro, todos tienen sus secretos, y ese pequeño no tan pequeño secreto que se escondía en el, era algo que lo abrumaba

Decidió llamarle a quien le tenía más confianza, aunque no se esperaba que su ánimo se subiera tan rápido al escuchar la más graciosa escena escuchada por llamada

— uh...mh, quien a-abla?..

—mhh ahora ya no eres virgen? — comenzó a reir levemente.