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Podía sentir los rayos del sol sobre sus ojos, molestando su dulce y sensible sueño no había dormido bien las últimas semanas, no tenía que entrar en detalles pues todos sabían que los cachorros eran inquietos y tenían el sueño sensible cual telaraña recién hecha cuando son pequeños

Su pequeño cachorro de cuatro meses y medio no dormía muy bien, talvez era por sentir la angustia de su madre cada noche

Marshall dio un suave bostezo y se levantó, acercándose a la cuna qué estaba cerca de su cama matrimonial, aunque por el momento solo era el quien dormía ahí y aveces era algo triste, extrañaba el aroma en presencia de su esposo

Salió de sus pensamientos al escuchar el leve sollozo de su pequeño, quien tenía sus hermosos ojos color café oscuro abiertos con ese color que le recordaba al amor de su vida

Lo cargo y lo acostó en su pecho, mimandolo  un poco para calmarlo

— perdóname tesoro.. te ves exhausto, quieres dormir un poco más? — era gracioso hablarle a un cachorro el cual nisiquiera pronunciaba aun la palabra "mama".

Dio una leve risa y camino hacia el pasillo bajando las escaleras, fue a la cocina y con una mano se preparo café, talvez se quemo en el proceso y se quejo, vio la mancha grande en el dorso de su mano el cual rápidamente se puso rojizo

Sollozo un poco con dolor, escucho su teléfono vibrar en la barra «ayer lo olvide aqui» recordó, vio una llamada de su alfa, contestó algo animado, tratando de no hablar fuerte para no despertar a su hijo

— hola cariño — sonrio algo animado.

— hola dulzura, ya estas desayunando, quieres algo?

— mh, solo te extraño..  y me ando preparando café, hoy Tommy piensa despertar tarde — dio una leve risita, rápidamente paro esa risa al escuchar la puerta principal abrirse a lo lejos.

Se puso en alerta, conocido desconocido quien sea, recibiría una repimenda por entrar así sin avisar previamente

O eso pensó asta que escucho los pasos pesados de su amado caminando hacia la cocina, rápidamente Marshall colgó rápidamente y fue donde estaba Chase

Chase dejo sus cosas en la entrada y recibió gustosamente a Marshall, quien se apego a el cual chicle

— hola dulzura..

— Chase.. te extrañe demasiado — suspiro algo aliviado, volteandolo a ver, sintiendo una mano pasear por el costado de su cara.

— ya estoy aquí no? — se acerco dándole un suave beso en sus labios, bajo su mirada y se percato de la mancha rojiza del omega en su mano, preocupándose al instante. — que te paso, te duele?

— oh esto no es nada, trataba de hacer café pero es difícil con una mano.

— ay marshy, vamos a la sala, siéntate y yo te consentiré.

¡Mi Estrella De Basquetbol!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora