Capítulo 6

93 18 1
                                    


— ¿Cómo te sientes? —

La escuché formular la pregunta con una entonación casi mecánica; a veces me pregunto si tiene un conjunto de preguntas predeterminadas para estas sesiones.

— Mal — respondí con sinceridad.

En realidad, ese ha sido mi estado de ánimo habitual. No me engaño, no hay motivo para hacerlo, al menos no con mi psicóloga.

— ¿Has hablado con Yoongi? —

Era una pregunta que temía que me hiciera, y cerré los ojos en un intento de contener las lágrimas.

Respiré profundamente y exhalé lentamente.

Sentía mis manos temblar, y no estaba seguro si era por nervios o por ansiedad.

Entreabrí los labios para poder responder, pero las palabras no salían.

— Jimin, para poder avanzar, es necesario que dejes ir todo aquello que te hace daño. No retengas nada, permítete desahogarte. —

Abrí los ojos. La miré directamente a los ojos y respondí:

— Sí. —

Ella asintió y comenzó a anotar en su libreta.

— ¿Qué sientes al respecto? — preguntó, levantando la mirada hacia mí.

— Me emociona mucho tenerlo cerca, aunque sea solo unos minutos por las mañanas, cuando deja a Minji en la guardería, y por las tardes, cuando lo recoge para llevarlo a casa. — Hice una pausa y pasé saliva.

Ella mantenía su mirada fija en mí, intentando discernir la verdad a través de mis ojos, consciente de que no estaba siendo completamente sincero.

— ¿Qué más? — insistió.

Bajé la mirada, sintiéndome incapaz de continuar con la falsedad frente a mí psicóloga.

Miré la hora en mi reloj, suspiré con estrés, deseando que esta sesión finalizara, aunque aún faltaban 47 minutos.

¿Pueden creerlo?

¡Joder!

Me encontraba abrumado por mi deseo de abandonar ese lugar; las preguntas me resultaban agobiantes.

— Cambiemos de tema — sugirió —. Háblame de Taehyung. ¿Qué sientes por él? — inquirió.

Maldita sea.

Parece que solo le interesa indagar sobre hombres. No comprendo por qué estoy aquí.

Cada vez me siento peor.

— bien — mentí

La verdad es que me resultaba un poco incómodo la extraña relación que yo mismo le propuse.

Aún no me acostumbro a que sea otro hombre el que me dé cariño.

Y es que yo solo le pertenezco a Yoongi.

Mi cuerpo, mi mente y corazón, solo lo anhelan a el.

Mi amor, mi dueño, mi todo, mi hombre, mi Yoongi.

Me siento fatal con los dos y conmigo mismo..

Esa es la verdad.

Soy una mierda.

Me perdí en mis pensamientos de tal manera que no me percaté de que la sesión había llegado a su fin.

¡Aleluya! Ya era hora.

Me di cuenta de ello cuando la mujer frente a mí se levantó y extendió su mano para despedirse.

— No olvide lo que le mencioné, que tenga un excelente día y nos veremos la próxima semana — dijo sonriendo.

Yo simplemente asentí, devolviendo su saludo y sonrisa en la despedida.

¿Qué fue lo que me dijo?

No lo sé.

No me interesa.

Salí del consultorio y me dirigí a la salida del edificio, sintiendo al instante el aire fresco, lo cual me hizo sentir que finalmente podía respirar.

Decidí caminar por las calles de la ciudad, disfrutando de las tiendas y el bullicio del centro.

Me senté en un banco del parque, permitiéndome un momento de descanso.

A pesar del clima frío, opté por relajarme y desconectarme de mis preocupaciones.

Mientras tanto, observaba cómo el viento movía suavemente las copas de los grandes árboles.

Una sonrisa se dibujó en mis labios al contemplar la danza de los árboles movidos por la brisa.

— Es hermoso, ¿no crees? —

Una voz grave y profunda interrumpió mi momento de paz.

Al voltear, parpadeé tres veces mientras admiraba al hombre que se encontraba detrás de la banca, disfrutando de la misma vista que yo.

Al sentir mi mirada, él bajó la suya, encontrándose con la mía.

Sonrió.

Una hermosa sonrisa. Debo admitir.

— Soy Jin — se presentó amablemente, extendiéndome la mano.

Tomé su mano y nos dimos un apretón — Jimin — dije con un toque de timidez.

— ¿Me permites? —

Pidió permiso para sentarse a mi lado y yo asentí.

Me sentía algo nervioso, ya que no estoy acostumbrado a socializar y no tengo muchos amigos.

¿Qué se espera que diga? ¿Cuál es la mejor manera de actuar?

Parece tonto, porque no debería sentir temor ante un desconocido.

Aparentemente, el chico no parece tener malas intenciones.

Por si acaso, decidí sentarme en la otra esquina; prefería evitar cualquier malentendido.

— Es realmente gratificante conocer a personas que aprecian la naturaleza — dijo sonriendo mientras contemplaba el paisaje — disfrutar de las cosas simples es maravilloso — luego me miró — ¿Cuál es tu opinión? — preguntó.

— Estoy completamente de acuerdo —

Él sonrió en respuesta a mi comentario.

Yo también sonreí, lo que me ayudó a relajarme un poco. 

— ¿Acostumbras conversar con desconocidos? — inquirí.

Me observó y sonrió ante mi pregunta.

Levanté las cejas, esperando su respuesta.

— Por supuesto. Así es como inician las amistades y, sin duda, también las relaciones románticas — dijo, mirando mis labios y luego mis ojos —. ¿No lo piensas así? —

— Tal vez — respondí.

Presioné mis labios, manteniéndolos alineados.

Suspiré.

— Debo irme — afirmé mientras me ponía de pie.

Jin copió mis movimientos.

— Volveré a verte —

— No lo creo — negué con la cabeza — fue un gusto Jin, adiós — me despedí agitando mi mano mientras me alejaba.

— No fue una pregunta, es una promesa.. Te encontraré y entonces tendremos una cita — me gritó.

No detuve mis pasos.

No voltee.
















El amor NO es ciego  [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora