Las festividades navideñas habían pasado sin percance alguno, los hermanos de Ingrid habían congeniado a la perfección con los hermanos de Christian y afortunadamente Rogelio había congeniado con su padre.
El primer día en la nieve, Rogelio y Frederick habían hecho carreras en la nieve, el rey danés le había enseñado lo que era un mamil y la reina danesa se había mostrado avergonzada en cuanto ambos hombres salieron a esquiar así.
Ingrid y Christian habían pasado días llenos de cariño, alegría y mucha vida... sentimientos que aumentaron una mañana cuando Alexandra llamó mostrandoles a el pequeño bebé que finalmente había llegado al mundo y del cual, ambos serían padrinos.
Max, Rogelio y Renate se habían quedado hasta año nuevo, así los cuatro habían cenado en el departamento de Ingrid poco tiempo después de ver partir a Christian en traje con todas aquellas medallas en él listo para la cena de año nuevo en el palacio. Habían bromeado sobre lo diferente que se veía con todas aquellas cosas y especialmente en un traje.
A la mañana siguiente, después de un desayuno, los tres tomaron un vuelo de regreso a México; Ingrid lo había despedido con lágrimas, besos y abrazos, así como promesas de futuros viajes por ambas partes.
Los meses después de aquellas despedidas pasaron extrañamente rápidos, Ingrid había conseguido trabajo en el hospital universitario de Copenaghe, viajaba constantemente a Londres para tratar asuntos relacionados con la fundación que finalmente compartían con sus hermanos y había retomado la investigación. Christian pasaba menos tiempo en casa, con sus padres de viaje fuera del país, la responsabilidad caía en él; pero Ingrid lo entendía y apreciaba las noches en las que llegaba a cenar y a dormir junto a ella.
—Ese es perfecto! -exclamó Josephine en cuanto Ingrid salio del vestidor en la tienda de ropa.
Ingrid se miró en el espejo frente a ella, el vestido color blanco con detalles azul marino se ajustaba lo adecuado a su cintura dejando que la falda amplia cayera a los costados con total libertad, la suave tela daba el efecto de que las mangas no existían, las zapatillas de gamuza azul combinaban con los detalles del vestido. Era un vestido hermoso qué a Ingrid no dejaba de agradarle.
—¿Debería de llevar un abrigo encima, Ada? -Josephine cuestionó a su mejor amiga y asistente.
—Josie, es Abril... El sol será abrazador para cuando ella salga de la iglesia. -Isabella interrumpió.
—Señorita ¿no le agrada el vestido? -Ada cuestionó.
Ingrid vio a las tres mujeres por el espejo, Isabella sostenía una copa de champán mientras le sonreía ampliamente, Josephine la miraba expectante y con un brillo en los ojos y Ada... Ada movía el pie impaciente.
—¿Bella?
—Mi madre lo va a amar, Lou. -respondió la mayor con seguridad.
—Y el color es hermoso, tu luces hermosa. -completo la menor.
—Esta bien, entonces este es el elegido. -Ingrid respondió con una sonrisa.
El bautizo del futuro heredero al trono noruego estaba a dos días de distancia, al día siguiente Ingrid y Christian tomarían un tren directo a Noruega y pasarían ahí tres días junto a todas las familias reales.
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A Nobel Princess [Prince Christian Of Denmark]
Random"Con la ayuda de Dios, La fuerza de mi pueblo Y el amor de Dinamarca"