Capitulo LVI

755 98 23
                                    

El temor a que los demás descubran esas partes de nosotros que preferimos mantener ocultas puede atormentarnos cada día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El temor a que los demás descubran esas partes de nosotros que preferimos mantener ocultas puede atormentarnos cada día. El miedo a ser juzgados por lo que realmente somos, a que nuestra esencia quede expuesta y la posibilidad de que al hacerlo, las personas importantes en nuestra vida se alejen de nosotros, es una carga que a veces parece imposible de soportar.

Minho hubiera preferido mil veces no mostrar esa parte de sí mismo frente a Jisung. Aunque su omega se mantenía tranquilo, una angustia punzante lo atravesaba. Aquel era el único ser en el mundo al que no quería exponer al caos que lo rodeaba, el único que lo hacía cuestionar su propia naturaleza.

Mientras avanzaban hacia la salida del jardín, Jisung se detuvo, obligando a Minho a girarse hacia él. Su mirada, suave y sin rastro de juicio, lo desarmó. Jisung levantó una mano y acarició su mejilla con una delicadeza que Minho sentía que no merecía.

— ¿Qué es lo que te preocupa? — preguntó con su voz baja y calmada, pero cargada de la fuerza de alguien que lo conocía mejor que él mismo.

Minho tragó saliva. El lazo que los unía vibraba con la intensidad de sus emociones, pero más allá de ello, Jisung podía leerlo como un libro abierto. Lo sabía todo, incluso lo que él no se atrevía a poner en palabras.

— Hubiera preferido mil veces caminar sobre brasas que dejarte ver eso — Su voz salió baja, casi temblorosa, cargada de la verdad que lo atormentaba.

Jisung negó lentamente con la cabeza, esa sonrisa tan tierna, tan suya, iluminando su rostro.

— Minho, cuando decidí quedarme a tu lado, no lo hice con dudas. Cuando acepté a tus cachorros dentro de mí, entendí que esto era parte de lo que somos. No puedo juzgarte, ni podría temerte jamás. Lo que haces, lo haces por nosotros, por protegernos. Y yo... no tengo miedo de ti.

Las palabras de Jisung envolvieron a Minho como una cadena invisible. Lo consumían, pero al mismo tiempo lo liberaban de sus propias inseguridades. Su omega, con esa mirada que lo veía entero, incluso en sus partes más oscuras, era el único ser en el mundo capaz de amarlo incondicionalmente.

— ¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que soy? — murmuró Minho, su voz llena de incredulidad y adoración. Tomó el rostro de Jisung entre sus manos, observándolo como si fuera un sueño que temía perder — No lo merezco. No merezco nada de esto, pero te amo tanto que no puedo soltarte, Jisung. No podría, incluso si quisiera.

Jisung sonrió, sus ojos brillando con una devoción tan absoluta que Minho sintió que su mundo se tambaleaba.

— Tú me mereces, siempre lo has hecho. Mi destino es amarte, como el tuyo es amarme a mí — Su voz era un susurro lleno de devoción, una declaración que trascendía cualquier duda — Contigo, este mundo tiene sentido. Eres todo lo que necesito y siempre lo serás.

Minho lo atrajo hacia sí, envolviendo a Jisung con la intensidad de alguien que temía perderlo, que lo necesitaba más que el aire. En ese abrazo, sus almas parecían entrelazarse, consumiéndose mutuamente en un amor tan profundo que los hacía indivisibles. Nadie más en el mundo podría entender lo que significaban el uno para el otro, porque ellos eran todo. Y lo serían siempre.

Cadenas De Luna ~ 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora