Capitulo LIII

830 108 19
                                    

Escuchar las preocupaciones de su pareja nunca fue una carga para Minho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escuchar las preocupaciones de su pareja nunca fue una carga para Minho. Antes de conocer a Jisung, las relaciones serias nunca habían sido parte de su vida. Sus encuentros eran fugaces, superficiales, sin promesas ni lazos que lo ataran a nadie. Para él, el amor era algo distante, casi inexistente, una debilidad que no podía permitirse en su mundo.

Pero entonces apareció Jisung con su dulzura desarmante y esa mirada vulnerable que parecía atravesar todas las murallas que Minho había construido a su alrededor. Desde el primer momento en que lo vio, supo que no habría nadie más. Jisung no era un capricho, no era un momento pasajero. Era su todo.

Sin embargo el peso de su posición lo llamaba. A pesar del dolor punzante que le causaba dejar atrás a Jisung, tenía una responsabilidad que no podía ignorar. Cada promesa que le había hecho a su omega dependía de su compromiso con su trabajo y su mundo, tan peligroso y despiadado.

Antes de partir Minho se aseguró de envolver a Jisung en sus brazos con fuerza, dejando su aroma marcado en su piel, en cada rincón de su ser. Era su forma de decirle que todo estaría bien, que él regresaría a casa, que su amor era un refugio seguro donde siempre volvería.

Lo miró una última vez grabando en su memoria cada detalle de su rostro. Y aunque sus pies avanzaron hacia la salida, su corazón permaneció con Jisung, latiendo al compás del suyo.

Mientras esperaba a Minho en la sala, Changbin observó por la ventana cómo Jeongin estaba en el jardín, regando con paciencia algunas plantas.

A pesar de que sus interacciones siempre habían sido estrictamente laborales, algo en la tranquilidad del momento lo impulsó a acercarse. Tal vez era la forma serena en la que el joven se movía entre las hojas, como si aquel pequeño rincón verde fuera un refugio lejos del caos que siempre los rodeaba.

— ¿No sabía que regar las plantas fuera parte de tu trabajo? — dijo Changbin con su tono despreocupado habitual mientras cruzaba la puerta que daba al jardín.

Jeongin levantó la vista con una sonrisa ligera dibujada en sus labios.

— Créeme, regar las plantas es uno de los trabajos más importantes que tengo con Jisung.

El Alfa soltó una pequeña carcajada, rascándose la nuca mientras intentaba mantener la conversación.

— Bueno, es mucho mejor que estar allá afuera, donde cualquier cosa podría… ya sabes, matarte.

El silencio que siguió fue tan denso que Changbin sintió el peso caer sobre sus hombros. Jeongin dejó la regadera lentamente a un lado, su sonrisa desapareciendo por completo.

— Creo que cuidar lo que más ama el Jefe no es sencillo… ni lo más fácil — respondió Jeongin con calma, pero con un filo sutil en su voz antes de girarse y caminar hacia la casa.

Changbin parpadeó un par de veces, su cerebro trabajando a toda velocidad para intentar corregir lo que acababa de decir.

— ¡Oye! ¡Eso no es lo que quise decir! Sé que tu trabajo es difícil, pero… — Las palabras se le quedaron atoradas en la garganta mientras Jeongin se detenía en el marco de la puerta y lo miraba con expresión impasible.

Cadenas De Luna ~ 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora