JORDANA • Klaus Mikaelson Fanfiction •

1. Jordan

Pocos días después de que Elena completara la transición, Jeremy aún seguía algo molesto. Por ello, intentaba pasar el mayor tiempo posible fuera de casa, trabajando horas extra.

Se encontraba en la puerta del grill, un cuarto de hora antes de la apertura, esperando a que Matt llegara para abrir. Prácticamente se había convertido en el encargado del bar, ya que el dueño tan solo hacía acto de presencia para pagarles el sueldo. Aunque el mes pasado, ya ni eso. Envió el dinero por correo a casa de cada uno porque estaba de viaje en el extranjero. Matt, que cobraba lo mismo que Jeremy, se interesaba y preocupaba por el negocio mucho más que su jefe, lo que le suponía estar estresado a veces.

Desde que trabajaba allí, había notado una gran evolución en el exnovio de su hermana. Se había convertido en una persona más centrada, responsable y madura. Y, de alguna manera, haber sido testigo de ello enorgullecía al pequeño Gilbert.

El ruido de la puerta de un coche cerrándose le sacó de sus pesamientos, dándose la vuelta para encontrarse con Matt, sujetando las llaves en alto.

-Las tengo -dijo moviendo las llaves en el aire-. No te esperaba tan temprano, ¿qué haces aquí ya?
-Hoy estaba madrugador, y como no tenía mucho que hacer decidí dar un paseo hasta que llegué aquí.

Al notar el tono inseguro en su voz, Matt entendió por qué Jeremy estaba allí. Le adelantó y abrió la puerta, dejándole pasar y entrando tras él.

-Es por tu hermana, ¿verdad? -dijo, pudiendo hablar libremente ahora-. Por eso estás aquí tan pronto, y has hecho todas esas horas extras esta semana.

El chico vaciló un segundo, pero supo que podía ser sincero con Matt.

-Es mi hermana, y la voy a querer pase lo que pase, ¿sabes? Pero esto es distinto, y me cuesta adaptarme. No esperaba que esto fuese a pasar, y menos de la forma en que lo ha hecho...

El rubio negó con la cabeza, apesadumbrado. Jeremy se dio cuenta de que en realidad, no debería haber sido tan, tan sincero con él.

-Lo siento tanto, Jer. De verdad que lo hago -dijo con amargura en su voz-. Debería haber sido yo, no sabes lo culpable que me siento.
-Vamos, no digas eso. De todos modos, al menos tenemos la cura. Es una oportunidad.
-Supongo que sí...
-Eh, ¿quieres un café? Te noto cansado.

Matt asintió, sonriendo. Odiaba el café, pero su organismo le decía que no le iría mal uno.

*

Dos horas más tarde, una chica entró al grill. Observó el interior del local, algo oscuro aunque acogedor, y se dirigió a la barra sin perder detalle. Jeremy limpiaba algunos vasos, cuando se encontró con una chica frente a él al levantar la vista; rubia, con unos ojos azules que le sonaban muchísimo. No pudo evitar contemplar sus ojos durante unos segundos. Juraría que había visto esos ojos antes...

-Hola, soy Jordan -sonrió, tímidamente-. Busco a Matt Donovan.
-Un momento, voy a buscarle.

Dejó la barra más que confundido, y se dirigió al almacén, donde Matt hacía una lista de lo que hacía falta.

-Oye, afuera te busca una tal Jordan.
-¿Qué? -miró la hora en su muñeca-. Mierda, se me había olvidado... Se me ha pasado la hora.

Dejó la libreta sobre un estante y se dispuso a salir de la sala

-¿Quién es? ¿De qué la conoces? ¿Qué hace aquí? -preguntó muy rápido, antes de entrar en la zona donde ella podía escucharles.
-¿Por qué tantas preguntas? -rió-. ¿Es que ya le has echado el ojo?
-No, es que...
-Pues mejor -le interrumpió-, porque ya se lo he echado yo -y con un guiño, se giró y siguió caminando.

Jeremy, rezagado, escuchaba la conversación mientras hacía su camino hacia la barra.

-... sí, lo siento, es que se me había pasado la hora -se oyó una pequeña risa femenina.
-No te preocupes, no pasa nada... Me suele pasar.

Cuando su compañero y la chica fueron visibles de nuevo, se acercó a ellos y se presentó.

-Yo soy Jeremy, trabajo aquí con Matt. Te llamabas Jordan, ¿no? ¿Cuál es tu apellido? -la desconocida pareció extrañada.
-Morris, mi apellido es Morris, ¿por qué lo preguntas? -Jeremy pensó rápido y contestó lo primero con sentido que pasó por su cabeza.
-Oh, es que la hija de unos amigos de mis padres se llamaba Jordan y hace mucho tiempo que no la veo, y pensé que quizás fueras tú porque me suenas mucho... ¿no nos hemos visto antes?

Le pareció notar como la chica se tensaba y su expresión se tornaba un poco más seria, aunque eso solo parecía apreciarlo él.

-No, no lo creo. Aunque espera un momento... Tú no serás Jeremy Gilbert, ¿verdad? -él asintió-. ¡Yo sí sé quién eres! Tus padres tuvieron un accidente fatal en el puente Wickery, ¿no es así?

Desde el "tus padres", sintió como si le pegaran una patada en el estómago por cada sílaba que pronunciaba de esa frase. Matt se sintió un poco incómodo, y miró a Jeremy por el rabillo del ojo, sintiéndose mal por él. Jordan, al darse cuenta de sus reacciones, soltó una carcajada floja.

-Dios mío, ¿de verdad he dicho eso con esa frialdad? -dijo arrepentida-. Lo siento muchísimo, Jeremy -se disculpó-. Yo soy huérfana desde hace tanto tiempo que ya la muerte es un tema de conversación casi como cualquier otro.
-No pasa nada -contestó, simplemente,

Unos segundos de incomodísimo silencio se vivieron en el grill, hasta que Matt carraspeó para aliviar un poco la tensión.

-Bueno, Jer, se me había olvidado decírtelo, así que... te presento a nuestra nueva compañera -hizo un gesto con la mano hacia Jordan.
-Claro, genial. Bienvenida -le ofreció un apretón de manos, el cual ella correspondió. Aún así, él no podía evitar sentirse receloso a su alrededor.
-Muchas gracias, chicos. Creo que trabajar en uno de los sitios más transitados del pueblo me ayudará para ser nueva aqui, ¿no?
-Seguro que sí -sonrió Matt.
- ¿Sabes, Matt? Acabo de recordar algo que Elena me pidió que hiciera, así que ahora que estáis aquí los dos me voy a ir. Volveré en cuanto pueda.

Y sin decir más, Jeremy salió del grill. Ambos miraban hacia la puerta, Matt con confusión y Jordan, con desconfianza.

El niño le iba a dar algunos problemillas.