II.

467 40 13
                                    

Grité como nunca antes, mis lagrimas salian disparadas y agité mis brazos.

Y...¡Por Dios! ¡Nash me miró! ¡Él me miró!

Yo lo sé. Él me miró. Grité con más fuerza y agité mis brazos. Estaba desesperada.

Dios, Nash me había mirado.

Después de unos minutos de hiperventilación, me tranquilicé y miré a Matt. Él sonreía.

Se veía tan hermoso.

Como siempre.

Estaba con una sudadera blanca y unos jeans negros. Lo miré fijamente, no podía dejar de mirarlo.

No podía creer que estuviera frente a mí.

¡Cuánto amaba a este chico!

Una sonrisa de ternura se escapó de mis labios. De vez en cuando, él hacía caras extrañas y miraba al público.

(...)

Ellos se despidieron, no quería dejarlos ir. Matthew sonrió y se despidió.

Sonreí satisfecha.

La gente se estaba yendo, la entrada estaba completamente llena, asi que decidí esperar.

Después de esperar un poco, decidí caminar hacia al frente. Salí con una sonrisa. No podía ocultar lo feliz que estaba de haberlos visto. Y tan felices.

Cuando salí, una gota me cayó en la mejilla. No, no estaba llorando. Era la lluvia que proximamente venía.

Acerqué mi bufanda a mi nariz y busqué una taxi. La calle estaba sola. El show había durado 2 horas y por lo tanto, eran las 8:15 p.m.

Al parecer, todo el grupo de personas se había ido a la fiesta. Si, harían una fiesta después del show, asi prácticamente estaba sola.

Cuando un taxi se acerco, lo paré y le dí mi dirección. Pero ahí fue cuando recordé...

-¡El café de Chase! ¡Señor, pare! Debo bajarme.

Agradecí que solo hubiera avanzado un par de calles.

Le dí un poco de dinero pero él no lo aceptó y sonrió.

-Señorita, puede bajar tranquila. Solo avanzamos dos calles.

-Gracias, señor. Muchas gracias.

Sonrió nuevamente y me bajé. Tenía que admitir que tenía un poco de miedo. Las calles estaban solas y un letrero con luces y un semáforo, eran lo único que iluminaba estas sombrías calles.

Aferré mi bolso a mi cuerpo y caminé más rápido hasta divisar un pequeño café que atendía hasta medianoche.

La campanilla del pequeño café sonó cuando entré, habían solo dos mesas ocupadas, muy lejos una de la otra. Una estaba ocupada por una pareja que compartían un café y hablaban, y la otra por un chico que miraba por la ventana.

-Hola. ¿Vas a pedir algo?-preguntó el chico que en estos momentos estaba de turno en el café.

-Si, un...-miré el mostrador y busqué algo que le gustara a Chase, y claro...algo para mí.-Capuccino y dos croissants.

-Okey. Todo anotado. Espera unos minutos.-sonrió y se dió la vuelta para hacer todo mi pedido.

Me senté en una de las tantas mesas vacías, la pareja que anteriormente hablaban animados, ahora se besaba. El chico del otro lado, miraba por la ventana, algo triste.

¿Que le pasará?-pensé.

-Listo. Un capuccino y dos croissants para la señorita.

-Gracias...-miré su camiseta.-Adam.

A diferent girl |one shot| |Matthew Espinosa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora