En el nivel 5 del imponente edificio de Doof Industries, la misión de infiltración de Perry el Ornitorrinco y su equipo estaba en marcha. Habían logrado desactivar temporalmente los sistemas de seguridad y se encontraban en la sala de servidores, un espacio iluminado por luces azules parpadeantes que reflejaban la fría precisión de la tecnología de Heinz Doofenshmirtz. Cada uno de los agentes, animales como Perry, trabajaba en perfecta sincronización, usando las herramientas que Carl les había proporcionado.
Lucy, la ágil lémur, se movía con sigilo por los bordes de la sala, asegurándose de que ningún dron patrullero interrumpiera su operación. Ricky, el mapache, estaba conectado a uno de los servidores principales, transfiriendo datos a una unidad portátil con movimientos rápidos y expertos. Perry, siempre alerta, vigilaba la puerta, listo para reaccionar ante cualquier amenaza. Chico, el pequeño chihuahua del equipo, se encontraba cerca de un panel de control, preparado para distraer al enemigo si algo salía mal.
De repente, las puertas automáticas de la sala se abrieron con un estruendo metálico. Perry se tensó al instante, y sus compañeros adoptaron posiciones defensivas. A través de la entrada, un grupo de drones armados y agentes de seguridad irrumpió, liderado por el propio Dr. Heinz Doofenshmirtz. Este, vestido impecablemente, caminaba con una seguridad que contrastaba con el hombre torpe y errático que Perry había enfrentado en el pasado.
Heinz no necesitaba decir nada; su presencia era suficiente para transmitir su nueva autoridad. Los drones comenzaron a moverse, posicionándose estratégicamente alrededor del equipo de Perry, mientras los agentes humanos apuntaban sus armas. Perry lanzó una mirada a sus compañeros, y todos se prepararon para luchar.
La batalla comenzó de inmediato. Lucy utilizó su agilidad para moverse entre los drones, desactivándolos con dispositivos que Carl había diseñado específicamente para esta misión. Ricky, el mapache, lanzó pequeños artefactos que emitían pulsos electromagnéticos, desorientando a los agentes de seguridad. Chico, con su pequeño tamaño y velocidad, se convirtió en un señuelo perfecto, atrayendo la atención de los drones mientras Perry atacaba con golpes precisos y letales.
Por un momento, parecía que tenían la ventaja. Los drones caían uno tras otro, y los agentes retrocedían ante la eficiencia del equipo. Perry avanzó hacia Heinz, intentando aprovechar el caos para capturar a su antiguo rival. Sin embargo, Heinz permaneció inmóvil, observando con una calma inquietante mientras su inteligencia artificial, ANNA, analizaba la situación en tiempo real.
De repente, las luces de la sala cambiaron a un rojo intenso, y las puertas se cerraron automáticamente. ANNA había activado el protocolo de contención. Drones adicionales, más grandes y mejor armados, entraron en escena, y los agentes de seguridad se reagruparon con armas más avanzadas.
Perry intentó adaptar su estrategia. Señaló a Chico para que se dirigiera a un panel cercano, con la esperanza de que pudiera causar un cortocircuito y desactivar los sistemas de contención. El pequeño chihuahua obedeció de inmediato, moviéndose con rapidez hacia el objetivo. Perry confiaba en que Heinz reaccionaría como lo hacía en el pasado: de forma torpe y predecible. Pero esta vez, las cosas eran diferentes.
Heinz, con un simple gesto de su mano, ordenó a ANNA que neutralizara a Chico. Antes de que el chihuahua pudiera alcanzar el panel, uno de los drones disparó un rayo paralizante, derribándolo al instante. Perry, al ver caer a su compañero, intentó avanzar para ayudarlo, pero un grupo de drones lo inmovilizó con rayos electromagnéticos. Los demás agentes fueron rodeados y desarmados con precisión quirúrgica.
El silencio llenó la sala por un momento. Heinz caminó lentamente hacia Chico, quien yacía inmóvil en el suelo. Perry, atrapado, luchaba desesperadamente por liberarse, pero los rayos lo mantenían firmemente en su lugar. Heinz se detuvo junto al pequeño chihuahua, observándolo con una expresión fría y calculadora.
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Un verdadero Villano
FanfictionEl Dr. Heinz Doofenshmirtz, conocido por sus ridículos inventos y su eterna lucha contra Perry el Ornitorrinco, finalmente alcanza su punto de quiebre. Tras sufrir humillaciones públicas, el desprecio de su hija Vanessa, y el recordatorio constante...