Parte 2

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Me sentí muy estúpida al salir de esa sesión, y a ese viejo amargado lo voy a tener que ver todas las semanas. Ya sé cómo es esto, la primera sesión es todo interesante para que en la segunda te tomen por loca.

Ahora de vuelta a mi casa con mi mamá para decirle que todo estuvo bien.

Llegue y me fui a mi pieza, mamá no estaba. Todavía me dan escalofríos al estar sola. Sé que no me puede pasar nada, pero el temor sigue estando.

Mañana va a ser el primer día de escuela y yo solo quiero dormir. Si bien falté a la escuela por 2 años por mi "pequeño problemita" me re adapte bastante bien, o eso creo yo. No tengo muchos amigos, pero de todos modos nunca los tuve. Normalmente me enfoco en pasar las materias y hacer todo lo posible para no llevarme tareas a casa. Seguramente para las personas seré alguien amistosa que han visto en un pasillo alguna vez, una simple chica que hace lo que tiene que hacer cuando lo tiene que hacer, y, sinceramente, prefiero que sea así, ya que a nadie le importa conocer mi pasado, solo les importa saber quién soy ahora, después de todo las personas cambian con el tiempo y no somos lo que alguna vez fuimos o seremos.

Al día siguiente:

La escuela, un viejo edificio hecho de ladrillos con muchos salones. Nada especial. Todo el mundo ha ido o visto alguna vez una escuela, y la secundaria Bradford no es muy diferentes a ellas: Gente de todo tipo y maestros aburridos.

La verdad no le veo sentido a la emoción del primer día de escuela, lo único bueno de este es que no hay tarea.

Al entrar me encontré con la preceptora Fátima López, ella es una de las pocas personas que conocen mi historia y siempre es muy compasiva con migo. Como todos los años, el pasillo estaba lleno de estudiantes con sonrisas de oreja a oreja, y me sentía la única sin ella, pero luego miré a mi izquierda y vi a un chico con cabello sobre su rostro que estaba en la misma situación que yo. La ropa negra lo hacía algo misterioso. Me sentí bien al ver que no era la única en ese lugar que no le encontraba sentido a la emoción del primer día de clases. Lo estaba mirando demasiado así que decidí voltearme para continuar con mi rutina.

Historia, francés, Geografía y matemática. Tres profesoras distintas pero igual de aburridas. Las horas fueron como años y la verdad estaba mirando el reloj como si mi vida dependiese de ello, y lo peor, no era la única, ya que la maestra Nuria, de matemática comenzó a hablar de lo mucho que se divirtió con su esposo en la playa con el bikini de punto que a ella tanto le gustaba. Yo si hubiese sido su esposo me arrancaría los ojos.

Cuando por fin sonó el timbre, todos salimos disparados hacia el comedor. La fila de la cafetería se me hacía eterna (Parece que es el día de las cosas eternas), y parece que se me notaba ya que varias personas me cedieron el lugar (Mi cara de mal humor es muy eficiente).

No soporto esperar tanto por el algo que sabe horrible, y para sentarme en una mesa donde se puede ver a toda la gente masticando con la boca abierta menos.

Mientras intentaba comer una especie de "pasta nutritiva", que es como aquí le llaman, vi a ese mismo chico, separados de todos en un oscuro rincón, parecía como si sus ojos verdes gritaran por salir de entre el pelo. Esta vez sentí que él también me miraba, lamentablemente, no fui la única que lo notó... Cristal, una rubia hueca, se acercó a mí y me preguntó:

-¿Quién es aquel chico misterioso que te mira tanto? ¿Es nuevo no?-

-Yo nunca lo había visto antes, y si me miró yo no me dí cuenta- mentí.

-Más te vale que cuando lo conozcas me lo presentes eh?- Dijo como una niña mimada con ganas de conseguir lo que quiere.

-Como no- respondí tan falsamente como pude.

Hasta que terminó el receso me quedé mirándolo, era tan lindo y misterioso. Tenía una hoja y un lápiz en la mano, y se podía observar como hacía trazos negros en el papel. Cada tanto levantaba la vista, pero rápidamente volvía a concentrase en el hoja.

Sonó el timbre, tenía 5 minutos para llegar a clase de civil. Fui a mi casillero y de tan torpe que soy, se me cayeron todos los libros recién comprados al piso. Los fui recogiendo de a poco, cuando una mano cálida se chocó con la mía. Era un chico alto, más o menos de mi edad. Tenía cabello rubio y parecía muy agradable

-Déjame ayudarte- dijo él con una voz amistosa.

Me ayudó a recoger los libros.

-Gracias- Dije y le dirigí una sonrisa tierna.

-Me presento, soy Nick Lancaster-Dijo con una sonrisa 10 veces más tierna que la mía.

-Mucho gusto- respondí

-¿Puedo acompañarte a tu salón?- sonrió tímidamente.

-Seguro- Dije yo sonriendo igual que él.

Me contó algunas cosas sobre él, que amaba los caballos y que no sabe que va hacer al salir de la secundaria. Parece que le caí bien.

Llegamos a mi salón.

-Toma, es mi número, por si algún día quieres llamarme- Dijo extendiéndome un pedazo de papel y sonrojándose un poco.

-Sin duda lo haré- Dije con mi sonrisa boba que solo unas pocas personas llegaron a ver.

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parte 2 ;) hope you like it!

~happytogether

From the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora