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Una de las cosas favoritas de Quackity al despertar era ahogar a su querido esposo en un abrazo.
Y una de las cosas favoritas de Spreen era llenar de besos todo el rostro de su amado esposo.
-ᵎᵎ ୭ ˚. ˚. ୭ ᵎᵎ-
Todos los dias después del trabajo compartían un momento a solas, ya sea cenando, almorzando, o viendo una película. Ambos adoraban pasar tiempo el uno con el otro, y cuando no podían tener la oportunidad de pasar un momento a solas, trataban de hacerlo cueste lo que cueste.
Se respetaban mutuamente, algunas veces eran celosos, pero no pasaban de celos sanos y pequeñas disculpas que se arreglaban con besos intensos y uno que otro alago o disculpa.
Eso era algo que los definía como esposos.
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-Hueles a cariñosa barata -soltó. Spreen suspiró hostigado.
Generalmente, él era el que siempre se mostraba más celoso en cuanto se trataba de Quackity y sus maneras raras de "bromear" con sus amigos más cercanos.
Pero últimamente Quackity a presentado unos ataques de celos incontrolables, algunas veces eran injustificados e inválidos. Que si llegaba más tarde de lo normal, que si había comprado un perfume nuevo, que si anduvo coqueteando con otras personas en el trabajo, etc.
En resumen, estaba dudando mucho de su lealtad hacia él, y eso era algo que molestaba mucho a Spreen, él se consideraba una persona muy leal, y no es una broma. Amaba tanto a Quackity que era capaz de humillarse tres mil millones de veces si este tan solo se lo pedía, es más, era nula la probabilidad de que algún día o en algún momento indeterminado la idea de quebrantar su lealtad hacia el chico de ojos azules fuera real. Quackity literalmente era lo central en su cabeza.
Su universo, su sol, su patito...Su todo en pocas palabras.
Tampoco podía evitar que la desconfianza de Quackity hacía él le llegara a afectar a su gran orgullo.
El pelinegro se alejó de él tan rápidamente terminó sus palabras.
-Piola, ¿Cómo fue tu día hoy? Cambio de tema, mostrando una enorme sonrisa.