Capitulo 6

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Kazuya POV

-No, no estoy dejando el grupo. Es solo un "hiatus"-

-No podría abandonar a mis fans y mis compañeros, claro que no! Solo iré

a América por estudios. Verán que muy pronto nos volveremos a ver.-

-Cuánto tiempo te vas Jin?- le preguntó sospechosa la reportera

-Ehm, eso aún no está confirmado, pero no será mucho!

-Uno o dos meses más o menos?

-Sí, más o menos...

06 Diciembre 2006

5 meses. Ha pasado casi medio año y no hay noticias de Jin. Ni una llamada, nada.

Nosotros seguimos adelante. Claro que lo hicimos. No íbamos a tirar el esfuerzo que hemos pasado y no íbamos a dejar a las fans nunca, no por él, y sus motivos tan estúpidos.

Seguíamos en la cima. Nuestra fama se había expandido y hasta acabábamos de estrenar un programa de televisión. Todo iba muy bien. Nos veíamos todos en la mañana, igual que siempre, en la sala de ensayos, íbamos a desayunar juntos y de ahí a lo que siguiera en la agenda.

Pero para mí, aunque no quisiera verlo, nada era igual, ni mejor.

Comencé a visitar a mi doctor 2 meses atrás, cuando, mientras estábamos ensayando los pasos para una nueva canción, me desmayé.

No recuerdo muy bien lo que pasó. Desperté y me tenían recostado en el suelo. No duré mucho tiempo desmayado. Solo escuché los regaños de Nakamaru y mi mánager diciendo que fuera al hospital. Yo solo les dije que necesitaba descansar, pues no había desayunado ese día.

Me obligaron a comer algo y seguimos con el día.

Mi mánager me obligó a ir al hospital en cuanto tuviera tiempo en la agenda.

Al ir al hospital, fue cuando conocí a mi doctor, quien me dijo que presentaba una pequeña anemia y que necesitaba cuidarme. Me recomendó un tratamiento que hasta ahora, no he terminado.

He bajado de peso y el doctor me regañaba cada vez que iba. Mis compañeros no saben de la anemia, solo les dije que tenía problemas de peso y que estaba viendo a un nutriólogo.

Mentiras.

Cuando llego temprano con ojeras en los ojos al siguiente día, les digo que estoy obsesionado con una nueva serie de televisión.

Mentiras.

Desde cuando soy así? Qué me está pasando? No me dan ganas de salir a festejar, o de convivir con nadie. No me dan ánimos ni de ver la televisión. No tengo ánimos de nada.

Hablé con mi doctor la última vez y me dijo que tengo un problema de depresión.

Bueno, demonios.

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07 Diciembre 2006

-Kame, en verdad que tu nutriólogo te está ayudando? - Esa pregunta me la dice cada 5 minutos Koki. Creo que mi mentira no durará mucho...

-No te preocupes, estoy bien- le dije con mi tan bien ensayada sonrisa.

El sólo se me quedó viendo con los ojos entrecerrados. Rayos, ya está sospechando. Bueno, no me importa mucho la verdad. Yo sólo seguí caminando hacia el cuarto de espera. Estábamos por entrar al aire en un programa del cual éramos invitados.

-No creo que estés bien- Me dijo, mientras me rodeaba con un brazo y caminaba junto a mi- Sabes que para cualquier cosa que necesitas, aquí estoy cierto? Si tienes algún problema, me gustaría que confiaras más en mí y me contaras todo. No te juzgaré, y tampoco te voy a obligar a hablar, solo recuerda, que para eso estamos los amigos. - Y me dedicó la sonrisa más sincera que no he visto en tanto tiempo.

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Finalmente exploté.

Ese mismo día, las palabras de Koki resonaron toda la tarde en la cabeza. Me sentía tan mal, y no sabía la razón por la cual no quería contarle a nadie mi desgracia. Será que estoy avergonzado?

Sea cual sea la razón, hice lo que jamás debería hacerse para curar el dolor. Recurrir al alcohol.

Perdí la cuenta de cuántas botellas de sake había bebido. Sólo seguía bebiendo y bebiendo.

Me sentía patético.

No sé cuánto tiempo seguí sentado en aquella barra. Hasta que un muchacho jóven y guapo se me acercó con una sonrisa aplastada en su cara.

-Eres Kamenashi Kazuya cierto?-

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Todo pasó muy rápido. Hablamos, me dijo que no llorara más, que no lo valía. Le hice caso, me tomó de la mano, me susurró algo en el oído. Nos besamos, me acercó más a él, me quiso tocar de más, lo quité, me apretó las muñecas, yo lo golpeé, y pronto hubo una pelea en el bar.

El dueño del bar nos pidió que nos retiráramos, claro que nadie le hizo caso y siguieron los empujones y golpes. En algún momento recuerdo que mi mánager me llamó por teléfono diciendo que me calmara y no hiciera escándalo, después creo que colgué y mi celular despareció.

El dueño del bar llamó a la policía, lo supe por que se escuchaban las sirenas cerca. No debería estar haciendo esto. Si me meto en un escándalo así, el director seguro que me corre. Pero no me importaba, ya nada importaba.

De pronto, sentí unos brazos que me detuvieron de casi partirle la cara al estúpido acosador. Yo traté de zafarme pero quien me sostuvo era más fuerte que yo, y me trató de sacar del bar mientras yo gritaba no se qué tantas cosas al aire. De ahí, recuerdo que el aire frío de la madrugada golpeó mi rostro, y el estado en el que estaba no ayudaba mucho. Lo último que vi fue un hermoso rostro que me llamaba para que siguiera consciente, pero no lo logré.

-Jin...-

-Kame, despierta- Sentí un ligero empujón, sentía mi cabeza dar vueltas y me dolía todo. -Vamos, despierta-

Esa voz, yo conozco esa voz...

-Jin?- abrí los ojos lentamente, no, seguro sigo ebrio. No puede ser el.

-Kame, despierta, estás en tu departamento- me sonrió con esos hermosos labios que tanto extrañé - vamos, necesito que te levantes, tienes severos golpes y tengo que revisarte-

-Jin, eres tu - Y fue cuando ya no pude más. Mis ojos se llenaron de tantas lágrimas que no veía nada. Comencé sollozar de una manera patética. Sentí sus brazos acercarme a él. De nuevo, después de todo este tiempo.

-Shh, tranquilo- me dijo, dándome ligeros masajes en mi espalda baja, mientras yo me aferraba más a él. - Vamos a curarte, anda...

Después de un baño, y de que me envolvió en vendajes, Jin me preparó la cama y yo, con el cuerpo pesado y la cabeza que me explotaba, solo obedecí a todo y me acosté cuando levantó las cobijas para mí. Se quedó a mi lado mientras yo trataba de no quedarme dormido para seguir viéndolo. Claro que era muy difícil, mis ojos me pesaban.

-Kame, que te ha pasado?- Me susurró, mientras me acariciaba la mejilla- Estas tan delgado.

-Jin, no me dejes- le dije con una voz quebrada, demonios, en cualquier momento caería dormido.

-Kame, mírame - me dijo y levantó mi rostro para que lo mirara fijamente. -Prométeme que no volverás a hacer esto-

Yo solo lo seguí viendo, nuestras miradas conectadas.

-Prométeme que seguirás luchando, que seguirás adelante..

Y eso fue lo último que escuché.

KizunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora