selfie with a toothbrush

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Beth no sabía porque había aceptado. Él era un completo extraño. Beth no es ninguna mojigata o alguna "santurrona", ella es una chica normal. Era extraño para ella llegar a un acuerdo para hacer algo como eso. Tal vez fue porque pensó que era ¿atractivo?

Beth salió del baño para ver que solo Tyler y ella estaban en su apartamento. Él la escuchó y sonrió, palmeando el lugar junto a él en el sofá. Beth iba a conseguir su oportunidad de obtener esa llave...

"Gracias por la fiesta sorpresa." Ella sonrió, recostándose en su hombro.

"Cualquier cosa por mi chica." Tyler sonrió, acercándola más.

Se sentaron en silencio durante un rato, viendo la televisión. Beth estaba a punto de conseguir su oportunidad.

"Me preguntaba, ¿quién te dio mi llave de repuesto del apartamento?" Ella se sentó.

"En realidad, la encontré al desempacar una de tus cajas." Él sonrió.

"Me preguntaba, ¿podría tenerla de vuelta?" Se mordió el labio.

Tyler frunció las cejas, claramente confundido.

"Bueno, ¿porque la quieres de vuelta?"

"Oh, por si acaso pierdo mi llave principal, ya sabes, ocultaría el que tienes en una planta o debajo de una alfombra..." Beth se detuvo, claramente incomoda.

"Bueno, podrías mandar a hacer otra lla-"

"No, eso no es necesario, solo devuélvela y no voy a tener que gastar dinero para conseguir otra llave." Beth dijo, creciendo su molestia.

"Bueno, esta bien, Beth. Yo lo pagaré." Tyler dijo, sacando su billetera.

Beth suspiró con frustración. "No, Tyler. Solo dame la llave, de regreso." Ella sonrió, forzosamente.

Tyler sacó la llave del bolsillo y se la entregó a ella, sin decir una palabra.

"¿No me quieres aquí?" Él dijo, mirándose molesto y trastornado al mismo tiempo.

"Por supuesto que te quiero aquí. Es solo, que apenas somos pareja. Tengo que darle un poco de tiempo antes de darte la llave de donde vivo." Ella dijo, mirando hacia abajo.

Tyler levantó su barbilla y le dio un suave beso en los labios.

"Lo siento, no pregunte antes de tomar la llave." Tyler sonrió tímidamente.

"Esta bien." Beth sonrió, antes de recoger su bolso, preparándose para ir a la tienda.

"¿Vas a ir hoy?"

"Voy todos los días." Beth rió.

"Sí, cierto." Dijo Tyler.

Tyler se puso de pie, caminando más cerca de Beth. Él la abrazó despidiéndose, y la besó en los labios. Beth estaba confundida con la forma en la que estaba actuando. Quiero decir, a veces era un poco olvidadizo, pero hoy, eso era bastante. Primero, las magdalenas, luego las llaves y después se olvidó que Beth iba a la tienda, al igual que siempre.

Beth pensó en él otra vez, mientras caminaba a la tienda. ¿Y si él quiere meterse entre sus pantalones? ¿Entonces por qué no preguntó por su nombre y donde vivía? Tenía la sensación de que él era en realidad quién decía.

Beth entró a la tienda para ver que estaban ocupados. Maldijo y corrió alrededor de la esquina, atando sobre ella el delantal que hizo cuando tenía quince años. Ella estaba entregado a la gente sus órdenes y rellenando galletas y pastelillos en las bolsas, a toda prisa. Un tipo alto con una chaqueta, encapuchado era el siguiente en la línea.

"¿Puedo ayudar-" Beth detuvo su frase cuando ella levanto la vista hacia el chico.

"Por favor, no grites."

"No iba a hacerlo. ¿Puedo ayudarte?" Beth sonrió.

"Yo fui el que hizo el pedido de las doscientas magdalenas con diferentes diseños, ¿están listos?" Dijo la voz irlandesa.

La sonrisa de Beth se borró completamente de su cara cuando dijo la orden. Él era el chico que hizo el pedido que causó el desvelo de Beth y la irritación de preparar doscientos pastelillos. Él se dio cuenta que su sonrisa desapareció y frunció el ceño.

"¿Ocurre algo?"

"No, lo siento." Ella dijo, yendo a recoger los pastelillos muy bien envueltos.

Le entregó las magdalenas, luchando con el peso.

"Lamento que fueran doscientos. Bueno, al menos los diferentes diseños, sé que debió haber sido un dolor en el trasero. Sólo que, hoy es el último día de la gira y estamos celebrando."

"Esta bien." Beth rió, aceptando el enorme fajo de dinero.

"Gracias, te lo agradezco." Él dijo, poniéndose los lentes de sol y evitando la mirada mientras se abría camino.

Beth sonrió, apenas dándose cuenta de que prácticamente tuvo una conversación decente con el jodido Niall Horan.

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Beth cayó sobre su cama haciendo un ruido sordo, cerró los ojos. Hoy había sido terrible. Estuvo lleno de gente durante todo el día, nunca parecía ir más lento. Beth no tomo su descanso, tampoco. Ella ordenó una de esas cajas para cenar de Pizza Hut de las que Blake Shelton habló en la televisión mientras estaba de camino a casa después del trabajo.

Faltaban diez minutos para la media noche, agradecía que Pizza Hut esté abierto hasta tarde un viernes por la noche. Beth fue la última en salir de la tienda, limpiando y entregando otros pedidos hechos. Los niveles de estrés aumentaban. Ella siempre era la que se quedaba hasta tarde. Nadie más lo así, solo ella.

El timbre sonó y agarró un billete de 20 dólares de la encimera de la cocina y saltó hacia la puerta. Se podría decir que ella estaba ¿emocionada? ¿Quién no se emociona por la pizza? Dio las gracias al chico de la pizza y le dijo que se quede con el cambio, no le importaba el dinero en efectivo, a ella le importaba la comida.

Ella tenía su lugar listo, fijando su pizza y palillos de pan en la mesa de café, luego vierte el té dulce en un vaso de plástico. Beth tiene una adicción enfermiza al té dulce.

Encendió la televisión buscando si había algo interesante para ver. Beth ni siquiera miraba mucho la televisión. Estaba tan ocupada con la tienda, y siendo simplemente ella misma, que realmente no veía mucha televisión. Puso una vieja grabación de Friends. Era en el que Chandler y Mónica finalmente se casan y Mónica abre todos los presentes de boda sin decirle a Chandler, y tratando de averiguar de quien es el bebe que Rachel está esperando y ellos descubren que es de Ross.

Beth siempre se reía de la reacción de Joey al final del episodio. ¿Quién no ama a Joey Tribiani? Ella estaba metiendo la cara en la pizza cuando su teléfono suena. Reconoció el número desconocido y tomó su teléfono de inmediato para leer el texto.

Ella vio una foto del mismo chico de cejas tupidas, con un cepillo de dientes.

'El juego de selfies iniciaron. cepillandome los dientes después de algunos jodidamente buenos pastelillos. :P'

selfie || calum hood (s.v.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora