Can't let go the past

258 19 5
                                    


~Marco

A veces pienso que sería más fácil que todos supieran sobre ella y yo, así me costaría menos fingir cuando estoy mal, así sería más fácil responder cuando me preguntan e insisten en averiguar por qué no me estoy comportando como de costumbre. El resto del tiempo doy gracias que nadie más sabe sobre esto, creo que no aguantaría miradas de condescendencia y lástima en el rostro de mis amigos, con que Marcel y Mats sepan me basta y me sobra, de hecho en momentos como estos preferiría nunca haberle contado nada a Marcel. Es que cada vez que salimos a algún club me trata distinto, o eso creo yo, antes no importaba si hablábamos o no con chicas, pero ahora pareciera que lo único que quiere que haga es que bese a alguien, quizás cree que eso me animará o que me olvidaré un poco de ella

"¿A ti tampoco te invitaron?" Estaba tan distraído que ni me había dado cuenta cuando Pierre se sentó junto a mí en el sector vip. Y ahí va, otra vez me la recuerdan, aunque se que es sin querer no puedo evitar respirar un tanto exasperado a su pregunta. 

"Pues no, aquí me vez" Respondo cortante, pero inmediatamente me arrepiento de mi amargura y le hago un gesto para que observe a Marcel en la pista de baile. Siempre es divertido ver como ese trata de conquistar a alguna chica con sus frases baratas. El celular de Pierre que está en la mesa se ilumina de pronto. "¿Qué es?" Pregunto curioso luego de ver como se le dibuja una sonrisa.

"Es Mats, me pregunta cómo está el ambiente" Responde sin desviar la mirada de la pantalla "Parece que vienen para acá" Lo que me faltaba era que todos los invitados de su fiesta aparecieran aquí comentando lo que había pasado durante la noche, aunque la tentación de saber sobre el cuadro es grande, prefiero no saber nada, prefiero quedarme por siempre en la duda; es difícil lo sé, sobretodo porque James vendrá a pedirme explicaciones sobre la elección de la pintura, y la verdad es que no sé si ya estoy tan dispuesto a seguir mintiendo. 


~Lauren

La idea siempre fue terminar la noche en otro lado, se que mi madre aun le tiene mucha aversión al alcohol y probablemente se pondría nerviosa con tanta gente bebida andando por la casa. La historia con mi padre marcó profundamente su personalidad, aun después de tantos años sigue actuando de forma sumisa cada vez que alguien la presiona mucho, a veces no sé si es servicial por costumbre o porque de verdad le nace ser así, y es qué ¿hay alguna diferencia? después unos años lo que hacemos ya sea por inercia o porque  de verdad queremos tiene alguna importancia? Ya me vez aquí en camino a no sé qué club porque así lo quiso la mayoría, yo hubiera preferido un bar tranquilo para conversar, y por lo que veo James también. Está sentado a mi lado con una cara de tres metros, ha estado así desde que abrí mi regalo, aunque me habla de forma normal, cuando cree que no le estoy mirando puedo ver su verdadera expresión, no esa faceta amable que siempre me muestra. Y es que si me hubiera mostrado un James más real, quizás aun estaríamos juntos... por favor, Lauren no te engañes, sabes perfectamente bien por qué no seguiste con él. 

El único regalo que de verdad me impresionó fue la pintura, desde que era joven he admirado mucho a Friederich y fácilmente se convirtió en mi pintor favorito, en esa época yo era mucho más tímida y vivía en un aura muy oscura, de alguna forma el romanticismo de sus trazos me llenaban el corazón de fantasías y anhelos, incluso esos parajes nebulosos entre ruinas antiguas. Fue mi secreto más oculto hasta que llegó Marco, a él fue al único que alguna vez le comenté mi afición. Por eso me sorprendí tanto al ver esa pintura, primero porque creí imposible que se pudiera comprar un cuadro hecho por él, y segundo porque jamás le hablé a James sobre Friederich. 

Cada vez que observo a James de reojo y veo esa expresión confusa me pregunto si está pensando en la pintura, en Marco y en mí, y si como el excelente abogado que es puede juntar las piezas del rompecabezas, y cada vez siento el mismo escalofrío recorrer mi espalda, la vergüenza se apodera de mí y me falta el aire. Lo que siento se llama cobardía, la conozco muy bien. 

Disritmia | Marco ReusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora