No creí haber sufrido tanto nunca, pero aquello que ellos llamaban una molestia para mí significaba casi la razón de toda mi felicidad. No llegarían a entender el dolor que sentía por lo que estaba sucediendo.
Pero tampoco tenía la edad para elegir si quedarme o irme, porque estaba bajo las ordenes de ambos, lo que ellos decidieran, yo debía hacerlo. Y me daba rabia. Y me daba rabia no poder hacer nada por ella, porque debía ser yo el que se ocupase de que estuviera bien, y si me iba de aquel sitio, ¿quién sabe que tendría entre manos el destino?
Pero solo me quedaba aceptar, aceptar mi realidad y rogar porque las cosas salieran bien. Resignarme era mi único camino, y nada de lo que hiciera podría cambiar aquello.
Y es que no, ellos ya habían olvidado aquel sufrimiento que se siente al perder algo de niño, perdieron esa inocencia al crecer, y se la daban de superados. Y era lo que más odio me daba.
Pero quizás, y solo quizás, lo que yo no podía hacer por ella, ella lo haría por mi.
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Me siento realmente feliz de empezar una historia de forma "seria" por mi propia cuenta, con una idea sacada de mi propia mente. Espero que les guste lo que venga de acá en más y creo que la canción que está en el link hace un buen acompañamiento a la lectura, aunque sea corta.
¡Un saludo enorme!
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Eternamente
Teen Fiction"Hay veces en las que deseas desaparecer, gritas hacia dentro y te dices que todo está mal, que las soluciones se encuentran al alcance de tu mano pero no puedes tomarlas, como si un muro transparente se interpusiera entre ambos." ¿Quién dice que el...