ella no estaba segura qué la había poseído para que fuera a la azotea esa noche.
puede que haya sido la brillante y resplandeciente luna en el cielo o hasta la multitud de estrellas que la tentaban desde la ventana de su recámara.
ambas formas, en un impulso o lo que sea que fuera, noelle se encontró a sí misma subiendo los numerosos escalones hacia el alto del edificio de su apartamento. un roce de viento voló su cabello hacia todos lados mientras abrió la pesada puerta de metal y dio paso afuera en el tejado con un suspiro de satisfacción.
las luces de la ciudad debajo de ella se reflejaban frente a sus ojos, lo cual usualmente hubiera inducido una corriente de euforia, pero la vista de una silueta humana parada en el borde del concreto del tejado causó miedo surgir en su estómago en cambio.
silenciosamente, no queriendo asustar a la figura, ella se aproximó al reborde. mientras lo hacía, lo podía escuchar murmurando cosas hacia sí mismo debajo de su aliento, el viento soplando casi llevándose su grave, tórrida voz consigo.
"no es como si tuviera nada que me quede," él decía, "todo lo que tengo que hacer es saltar."
eso casi le causó pausar su recorrido hacia él. ella no podía imaginarse a alguien pensando no tener nada restante por qué vivir. nunca antes había escuchado un tono tan abatido, tan cansado. una parte de ella quería arreglar esto. enseñarle a este chico que había más en su mundo que lo que veían sus ojos.
así que con un estallo de coraje, ella se paró en el reborde al lado de él, ignorando la forma en la que su corazón saltó a su garganta hacia cómo tan de repente lejos las calles aparentaban estar.
"no lo hagas. por favor," ella dijo, voz casi como un susurro. el muchacho se sobresaltó, sorprendido de su repentina aparición, pero aparte de eso, no hizo otra seña de reconocimiento.
"oh qué jodidamente cliché," él gruñó, e incluso sin verlo, noelle supo que estaba rodando sus ojos. "alguien simplemente tenía que encontrarme en este maldito tejado."
"¿de verdad lo vas a hacer?" ella finalmente observó al muchacho, cabeza inclinada un tanto en pregunta. "saltar, quiero decir."
"tenía planeado hacerlo, sí," bufó, pasando una mano temblorosa por su parado cabello. "¿por qué, vas a tratar e intentar detenerme?"
"tenía planeado hacerlo, sí," repitió sus palabras, una pizca de burla en su tono.
ella viró su cabeza de vuelta hacia la ciudad enfrente de ellos y juró haber visto un atisbo de una sonrisa en el rostro del muchacho desde sus periféricos.
"aprecio la ayuda y todo, bueno no en realidad, pero..." arrastró sus palabras, lengua jugando con un arillo en el labio antes de continuar, "no veo el punto de intentar. soy un caso perdido."
"nadie es un caso perdido," ella disintió sin un golpe. "no te hagas esto a ti mismo. no lo vale."
"¿es eso así? okay, entonces dame una buena razón para no terminarlo todo y me bajaré de este reborde contigo."
ella se paró ahí en silencio, mente dando vueltas mientras trataba de unir una sola razón que probaría que su vida lo valía. pero nada de lo que había pensado parecía lo suficientemente bueno, y él pareció verlo también.
"eso es lo que pensé, así que-"
"quince," lo interrumpió simplemente.
"¿quince?" él cuestionó lentamente. "¿quince qué?"
"quince razones. yo te puedo dar quince razones por las que deberías permanecer vivo."
"sabes, yo sólo en verdad pedí una," dijo inexpresivo.
"estoy al tanto," ella asentó, sacando su dedo meñique al aire para que lo tomara. "pero yo te daré más que eso. porque lo mereces."
el chico observó su meñique extendido en escepticismo. él sabía que iba a lamentar esta decisión, pero entrelazó su meñique con el de ella, sintiendo su calidez ascender en su brazo.
"¿puedo confiar en ti?" él preguntó, casi de manera infantil.
ella observó sus azules (estos eran definitivamente azules; un tipo de azul celeste que deberían haber sido más brillantes de lo que eran en ese momento) ojos tan confiadamente posible.
"vas a tener que hacerlo"
fue ahí, parados en el reborde de la azotea - meñiques entrelazados - con un muchacho del que nombre desconocía, que noelle decidió que no iba a dejar caer a este chico. no solo. no sin ella.
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fifteen ❦ lrh
Fanfictionen donde el número quince podría posiblemente salvar la vida de un pobre muchacho. esta novela no me pertenece. todos los créditos a calbain por este hermoso trabajo. || minúsculas intencionadas.