Ayer llegué tarde a la casa, me quedé limpiado la playa luego de la universidad, es algo que sí o sí debía hacer, digo, estoy en tercer año de biología marina.
Mi tía me regañó por no avisar que llegaría mas tarde a casa, todas me esperaban para comer y yo no oí mi móvil porque estaba en mi bolso, y yo en la playa. Pero da igual.
Hoy las clases fueron bastante aburridas, nada muy dinámico además que hacía calor y me dio sueño. Así que luego de las clases decidí irme por la playa.
Llevaba quince minutos y me encontré con José y Gaspar, viejos amigos de tiempos pasados en la escuela. Conversamos un rato y seguí en mi camino. Definitivamente hoy no andaba con ganas de hacer algo por mi vida, incluso llegar a mi casa me harta, con mis hermanas gritando o mi tía regañándome por no hacer nada productivo o alguna pidiendo un consejo, a veces es muy agotador y tampoco es que yo pueda hablar con alguien mucho sobre lo que me pasa. Todas son muy chicas y mi tía obviamente se preocupa más de ellas que de mi... Y hace un mes que mi mejor amiga se fue a hacer una pasantía en Brasil, me siento bastante agotada de todo; y él también tiene su vida, su familia y tiene que ayudar a su madre.
En fin, cuando llegué a casa no había nadie, lo cual fue un gran alivio, recibí una llamada de él, me alegró el día, charlamos un rato, saldremos el viernes como a las cinco y media a una cena en un restaurante muy lindo en el cerro.
Llegó Juana, siempre tan tímida y reservada, me entregó una barrita de chocolate, dudó y salió de mi habitación. Parece que fue a estudiar o algo así, porque no hizo ruido en toda la tarde. Todos las demás llegaron pasadas las ocho. Yo me había quedado dormida un rato hasta que llegó Paula a devolverme una blusa que le presté el otro día y me avisó que estaba listo el té. No quería ir, dormir hasta mañana no suena un mal plan.
Buenas noches.