Cinco

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*Mientras Scarlett lidia con su insoportable amiga, Emma tiene un enfrentamiento con ella misma.

Ahora no sé si sentirme feliz con esto, mamá seguramente gritará y hará esa cara de decepción, sé que prometí que no trabajaría hasta terminar de estudiar, pero la oferta de empleo es buena, además, ¿qué tan malo puede ser trabajar para esa chica? El sueldo es más que bueno, solo espero que a mamá le parezca bien.

Ahora voy de camino a casa, debo llegar antes de que papá lo haga, tal vez cocine para él y pueda convencerlo de que esto es bueno.

Scarlett

Veo como Pamela mueve sus labios pero en realidad no sé que dice, lleva una hora hablando del jardinero, después de que casi lo deja sin brazo, decidió que era demasiada humillación por hoy, decidí meterme a la piscina para relajarme un poco y lo único que conseguí fue que Pamela me estresara más de la cuenta.

-Pamela me largo de aquí. -digo molesta.

-¿Por qué Scarlett?

-Me aburre escuchar como es que adoras a ese tipo que ni en el mundo te hace, ¿dónde esta tu dignidad?

-Tal vez la olvidé.

-Ya lo creo, deberías mejor buscarte un novio, por lo menos te mantendría ocupada.

-¿Y estar igual de amargada que tú? No gracias, así estoy bien.

-Pareces una golfa Pamela, no hay chófer, jardinero o guardia en esta casa que no se haya revolcado contigo.

-Tu chófer es muy guapo, deberías...

-¡Ay por favor! ¿Te escuchas cuando hablas?

-A veces, no siempre.

-Mira sabes qué, mejor me voy a mi casa, esto me resulta más que patético.

-Scarlett solo me divierto, no es como si me fuera a casar con él o algo así, ay por Dios, que feo suena eso.

-Eres tan patética, a veces me pregunto ¿cómo es que somos amigas?

-Porque no hay nadie más en este planeta que te soporte tu mal genio, tu actitud mandona y tu sarcasmo.

-Estúpida. -digo muy molesta.

Salgo de la piscina y camino al interior de la casa, escucho como Pamela me grita pero la ignoro, mis pies se resbalan en el suelo, camino como puedo y salgo de ahí tal cual, no me importa salir en traje de baño sin zapatos y toda mojada, bajo los dos escalones de la puerta principal y siento como un chorro de agua fría golpea mi cuerpo y sin siquiera poder evitarlo caigo al duro suelo.

-¡Rayos! -maldigo.

-¿Estás bien?

-Claro que no, que no ves que me caí.
-digo sin mirarlo.

-Déjame ayudarte.

-No, estoy bien, yo puedo sola, no necesito ayuda.

Trato de levantarme pero mi tobillo duele como el demonio, gimo al sentir un agudo dolor al caer de nuevo al suelo.

-Déjame ayudarte.

Levanto la mirada y su mirada se conecta con la mía, no tiene ojos azules ni verdes o grises, son de color café, un café claro, la esquina de su labio se levanta en una sonrisa torcida, me tiende su mano pero me niego a tomarla.

-Estás loco si crees que tomaré esa mano asquerosa.

-Bueno, entonces hazlo sola, a ver si puedes. -me reta.

Muriendo Sola. 🔺Ahora En Dreame🔺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora