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Hueningkai intentó concentrarse en su trabajo, pero cada vez que levantaba la mirada, veía a Soobin y a esa omega—Arin, según había escuchado que la llamaban—riendo juntos, inclinándose el uno hacia el otro con una cercanía que se sentía demasiado íntima para su gusto.
El omega apretó los labios, tratando de ignorar el creciente malestar en su pecho. ¿Por qué me molesta tanto? Se repetía a sí mismo. No debería importarle… Pero, aun así, cada sonrisa por más mínima de parte de Soobin hacia ella le daba la sensación de que algo dentro de él se rompía poco a poco.
Yeonjun, que no era nada tonto, notó el estado de ánimo de su amigo y, con un suspiro, lo abrazo con cariño antes de inclinarse para dejar un suave beso en su frente, algo que resultó ser una costumbre desde que Yeonjun era un lindo bebé regordete.
—Oye, no pongas esa cara —murmuró con cariño—Si te molesta, háblalo con él, no va a enojarse, es más algo me dice que te lo va a agradecer.
Hueningkai suspiró, pero no respondió. En cambio, miró hacia otro lado, evitando la intensidad de la mirada de Yeonjun. No quería admitir que se sentía herido y lastimado. Incluso sabiendo que Soobin podría hacer lo que quisiera, después de todo estaba soltero.
Desde su mesa, Soobin vio la escena con el ceño fruncido. Un molesto picor e malestar se instaló en su pecho al ver cómo Yeonjun abrazaba y besaba a Hueningkai con tanta familiaridad. Aunque asumía que entre ellos solo había amistad, no podía evitar sentirse irritado con tan solo esa acción.
Sin pensarlo demasiado, se levantó y caminó con pasos decididos hacia el mostrador. Se detuvo justo al lado de Hueningkai, quien, en cuanto lo notó cerca, giró la cabeza hacia otro lado con una clara expresión de indiferencia, fingiendo hacer cualquier otra cosa. Soobin apretó los labios.
—¿Podemos hablar? —preguntó en voz baja, mucho más molesto e irritado que antes.
Hueningkai continuó ignorándolo, fingiendo estar demasiado ocupado organizando unos platos.
La paciencia de Soobin se agotó en ese instante. Se inclinó con rapidez y dejó un beso en la frente de Hueningkai, justo en el mismo lugar donde Yeonjun lo había besado minutos atrás.
Hueningkai se quedó helado, sintiendo cómo su piel ardía bajo el contacto del alfa, su Omega corria de lado a lado por la felicidad, más su parte racional era otro temas. Pero en lugar de volverse hacia él, simplemente tensó la mandíbula y continuó con su trabajo como si nada hubiera pasado.
Soobin sintió una punzada de frustración en su pecho al notar cómo Hueningkai lo ignoraba deliberadamente, incluso llegó a pensar si arrodillarse ahí mismo y rogarle que no lo ignorase.
Desde su mesa, Arin observaba la escena con una expresión de confusión y algo más…desagrado. Se levantó y se acercó con una sonrisa dulce, pero con un brillo calculador en los ojos.
