Verdaderamente su vida se estaba convirtiendo en un infierno. Un infierno total.
Desde que Nicholas y Hueningkai decidieron abrir su matrimonio habían impuesto un par de reglas
1. No estaba permitido por ningún motivo traer a absolutamente ninguna de sus parejas sexuales a su hogar.
2. Nada de intimidad sin preservativo ni marcas de unión o visibles.
3. No descuidar su relación principal.
4. Los celos no estaban permitidos.
5. No es necesario hablar de sus intimidades con otras personas ni tampoco conocerlas.
6. Avisar sobre sus salidas y encuentros con anticipación.
Si bien y eran un par de reglas que habían impuesto entre ambos, el rubio sentía que su esposo ya había incumplido varias de ellas. Principalmente el descuido sobre su relación principal y que su esposo ni siquiera era capaz de enviarle un simple mensaje diciéndole que no llegaría a casa.
Por otro lado, Hueningkai simplemente ni siquiera había intentado buscar algún amante o pareja sexual a pesar de que ya habían pasado dos semanas desde que acepto la propuesta en un intento de complacer a su Alfa.
Yeonjun había intentado presentarle algunos amigos y conocidos que pudieran ser de su estilo pero verdaderamente Huening siempre encontraba una excusa probablemente ya que la gran mayoría de estos eran cachorros apenas conociendo la hermosura de los veinte y con sus treinta años no estaba dispuesto a acostarse con unos "cachorritos" con los que tiene diez años de diferencia.
Así que simplemente se conformó con el tiempo que tenía con su esposo aunque el avance que tuvieron fue un fracaso sobre todo porque ni con todo el esfuerzo del mundo logro tener ningún tipo de relación íntima y las veces que lo intentaron resultó en que no podía mirar a Nicholas a los ojos por las lágrimas e incomodidad.
—¿En que piensas?— Yeonjun apareció en su vista, había pasado toma la mañana horneando un par de platillos dulces por lo que tomo el tiempo de que su última preparación del día fuese un par de panes caseros intentando que la masa fuese lo más suave posible. Pero ahí estaban aún cocinándose en el horno mientras lo veía tomar un leve color naranjita que indicaban que ya estarían listos.
—Nada,nada...—Era un pésimo mentiroso pero no bastó para engañar a el alto.
—Si te sientes mal me puedo encargar yo dé la cocina y tú puedes ir a la caja, yo creo que eso ayudará a que te distraigas un poco.
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How to deal with an open marriage ✧ 𝐒𝐁 𖬺 𝐇𝐊
Hayran Kurgu𝘛𝘳𝘢𝘴 𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰 𝘢𝘯̃𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘻 𝘮𝘢𝘵𝘳𝘪𝘮𝘰𝘯𝘪𝘰, 𝘏𝘶𝘦𝘯𝘪𝘯𝘨𝘬𝘢𝘪, 𝘶𝘯 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘰 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘵𝘳𝘦𝘪𝘯𝘵𝘢 𝘢𝘯̃𝘰𝘴, 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘳𝘪́𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘶 𝘦𝘴𝘱𝘰𝘴𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘳𝘢́ 𝘤𝘰𝘯 𝘶...