¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acció...
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—¿Thomas? ¡Dios mío, mírate!
Issabella soltó la mano de Lynn y corrió hacia el castaño que se encontraba frente a ellas con los brazos abiertos. Su sonrisa radiante y la emoción en su voz hicieron que Lynn entrecerrara los ojos con desconfianza. Sin embargo, en lugar de reaccionar impulsivamente, se limitó a caminar con calma hacia ellos, observando la escena con atención.
—Tú sigues igual—comentó Thomas con una sonrisa cálida—. Bella y siendo un enanito más de Blancanieves.
Issabella soltó una carcajada y le dio un leve empujón con el hombro, divertida.
Lynn, por su parte, no pudo evitar imitar su risa en un tono burlón, aunque con una clara pizca de molestia. Issabella, que la conocía demasiado bien, la miró de reojo y sin dudarlo le dio un suave codazo en las costillas, como diciéndole que se comportara.
Thomas notó la interacción y, con curiosidad, dirigió su mirada hacia Lynn.
—¿Ella es Loreen?—preguntó con una gran sonrisa, señalando a Lynn.
Issabella estaba a punto de responder, pero Lynn se adelantó, posicionándose con firmeza a su lado. Se cruzó de brazos con aire desafiante y lo escaneó de arriba abajo con una mirada calculadora antes de hablar.
—Lynn Loud—dijo con seguridad—, hermana de Loreen y...—hizo una breve pausa, desviando la vista hacia Issabella antes de volver a fijarse en Thomas—. Amiga de Issabella, una muy cercana—añadió con una sonrisa que, aunque amistosa, llevaba un matiz posesivo.
—Ya veo…—murmuró Thomas, esbozando una leve sonrisa antes de posar su atención nuevamente en Issabella.
La porrista, completamente ajena a la tensión sutil en el aire, tomó el brazo de Thomas con entusiasmo, jalándolo levemente para captar su atención.
—¡Tienes que contarme qué hiciste para volver!—exclamó con emoción—. ¡Estoy tan feliz! Gavin se morirá cuando te vea.
¿Cómo no reaccionar así? Thomas había sido, junto con Gavin, uno de sus mejores amigos, hasta que un día desapareció sin explicación. Volver a verlo después de tanto tiempo era casi surrealista, y la nostalgia en sus ojos lo decía todo. Para Issabella, su emoción era completamente amistosa, pero Lynn no lo veía de la misma manera.
Sin pensarlo demasiado, la deportista se acercó y tomó la mano de Issabella con suavidad, entrelazando sus dedos con los de ella. No dijo nada, pero apretó los labios con un leve gesto de incomodidad.
Issabella, sin inmutarse, continuó hablando con Thomas, como si el gesto de Lynn fuera lo más natural del mundo. Ni lo rechazó ni se apartó, simplemente siguió sonriendo mientras mantenía la conversación, sin notar la mirada cautelosa que Thomas le lanzó a Lynn.