En el bosque la chica se sentó en un viejo roble que habían talado. Su corazón se encontraba ahí, en el centro del extenso bosque, ella pensaba el porqué de las cosas, ahogando sus pensamientos con más dudas.
El lugar era húmedo y hermoso, otro árbol, este frondoso se encontraba a su izquierda. Era un hermoso árbol lleno de vida, la chica de mejillas rosadas no podía llegar a él, de negatividad sus dudas habían inundado su cabeza y no le permitían avanzar hacía ese árbol. Cansada de intentar se sentó en una piedra, sus lágrimas caían al suelo con la esperanza de que algún día alguien entendiera lo que llevaba dentro.
A los días volvió a pasar por ahí, era como si sus lagrimas hubieran originado esos lindos hongos que salían del pasto y terminaban en un tronco caído. Miró hacía el árbol y suspiró rápidamente. En su canasta llevaba pétalos que encontró en el camino; verdes, azules y algunos rojos, en realidad era como si reflejaran su personalidad; los pétalos eran bellos y delicados.
Tras avanzar un par de pasos se devolvió al árbol y este habló
Hola -le dijo- y la chica se cayó.
Se lastimó su cabeza, vio todo negro por instantes mientras todo titubeaba. Cerró los ojos...
Humedad humedad, en su mejilla contra el pasto por la lluvia. Humedad en su otra mejilla, por el lamido de un perro.
Sus pétalos quedaron extendidos como en fila, de diversos colores formaban una combinación interesante. Se incorporó y el perro huyó. Ciertamente le debía en parte la vida a ese perro.
Aunque fatigada estaba volvió a coger su cesto.
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Cinco candados
Short StoryCinco candados, tres guardianes y una chica triste se relacionan en esta historia para originar así un relato interesante de leer, un poca confusa y con importancia en los detalles, así es esta novela breve.