✖Capítulo 22✖

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Llegamos a casa cerca de las 7 de la tarde, el camino fue tranquilo y escuchando música relajante por los niños, ya no podiamos poner otras fuertes. Se quedaron dormidos a la mitad del camino, las sillas ocupaban casi todo el espacio de atrás.

Corria un viento agradable, pero a veces helado y bajamos lo más pronto posible a los bebés.

Fuimos hasta arriba y acomodamos a cada uno en su cuna. Nos quedamos viendolos un rato hasta que solté una risa pequeña.

—No puedo creer que ya esten aquí con nostros —cubri mi boca con mis manos—. Pienso...pienso que mañana voy a despertar y tendré una panza enorme otra vez.

—No eres el único —respondió Michael—. Las noches que pasamos en el hospital pensé que me ibas a despertar por algún antojo extraño —arrugo su nariz—. Luego miraba al lado y veia a nuestros hijos y sonreia como idiota.

—Es que eres un idiota —respondi divertido.

—Hey —se quejo riendo—. ¿Pero soy un idiota lindo?

—Si y eres mío —respondi pasando mis brazos por su cuello.

—Así es.

Comencé con un beso lento, luego Michael delineó mis labios con su lengua y abri más mi boca, antes de que hiciera algo tome el control del beso. No paré hasta que mis labios dolian y casi quedo sin respiración. Sus labios estaban hichados y muy rojos, le di un beso en la mejilla y tome su mano para salir de la habitación de los niños.

—¿Tienes hambre? —pregunté en el pasillo sin soltar su mano aún.

—Si —respondió distraido—. Oye, sabes que eso trajo algunos problemas y lo tendrás que arreglar después ¿cierto?

—¿Qué?

Al bajar las escaleras, él seguia sin decir nada hasta que entramos a la cocina. Solté su mano y comencé a abrir los muebles. Senti sus manos en mi cintura y como dejaba besos en mi cuello.

—Sabes de lo que te hablo —murmuro en mi oído—. No hacemos nada desde unos cinco meses. Estoy a punto de explotar.

Comcencé a reir y el me dio un apretón en la cadera.

—Espera diez días más porque tengo que ir al médico para que quiten los puntos de la herida. Y no puedo hacer mucho esfuerzo.

—Eso no es justo.

Continuo hablando sobre que no aguantaria tanto tiempo y que iba a morir antes de que se cumplan los diez días. Lo hice callar dandole unos vegetales y entendió que me tenia que ayudar a preparar la cena.

Terminamos con la cocina y luego subimos a ver a los bebés. Christopher estaba tranquilo mirando el móvil en el techo. Kaya estaba comenzando a despertar y a punto de llorar. Michael la tomó y yo baje junto a Chris. Debian tener hambre y ambos biberones ya estaban listos en la cocina junto a la comida.

Tenia hambre y no me impotaba comer mientras alimentaba a mi bebé, a Michael tampoco me importa porque se veia cómodo con Kaya en sus brazos y comiendo.

—Esto será mucho más difícil cuando sean más grantes.

—¿Por qué lo dices? —pregunte llevando la cuchara mis labios y después tomando el biberón de Christopher.

—Van a quere tomar todo y se armará un desaste —se encogio de hombros.

—Para eso tendremos las sillas...

—...que no tenemos —terminó por mi.

Teniamos todo lo necesario para los bebés pero nos faltaban las sillas que ocupariamos en unos meses. Genial. Nos olvidamos de eso.

✖My Little Family✖ Muke Clemmings| M-Preg |2temporada MFY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora