Capítulo I

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​En los últimos años del siglo diecinueve nadie habría creído que los asuntos humanos eran observados aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas que la del hombre y, sin embargo, tan mortales como él. Desde otro punto del espacio, intelectos fríos y calculadores, observaban la Tierra con ojos envidiosos mientras formaban con lentitud sus planes contra nuestra raza.

​-Comandante Pitty -llama mi compañero-. Los cultivos de todo el planeta Tierra han aumentado, ¿eso es bueno o malo?

​-Demasiado bueno-. comenta con una mueca poco agradable-. No estamos haciendo un buen trabajo.

​​La comandante se gira y examina el lugar atentamente. Decido que este es mi momento de actuar.

​-Señora comandante -capto su atención-. He estado trabajando en un proyecto que podría adelantar nuestros planes. Se trata de un nuevo diseño de nave espacial, con más capacidad de transporte y mayor velocidad. Está controlado por un sistema complejo y difícil de entender, pero una vez hecho, habrá merecido la pena.

​-Muy bien, 604. Sabía que podría contar contigo, nunca me decepcionas -me felicita-. 667, 668, reunid a los vuestros e id a creación. Tenemos un proyecto que emprender.

​​Mis compañeros se dirigen a la sala de donde surgen todos nuestros elementos. Me gustaría ir, pero mi puesto está aquí, en control e investigación. El hecho de que la comandante Pitty haya adoptado mi proyecto me satisface, pues es algo en lo que llevo tiempo trabajando y que podría lograr lo que el planeta de Júpiter lleva tanto tiempo esperando.

​​Sigo con mi tarea: investigar la forma de vida de los humanos, seres habitantes del planeta Tierra. Introduzco la clave para contactar con uno de nuestros satélites y en pocos segundos me encuentro siendo testigo de cómo actúan nuestros amigos. Establezco señal con Estados Unidos, nuestra zona de más interés. Personas y más personas caminan apresuradas por las calles, pareciera que el fin del mundo está llegando. Soy testigo de un acto vandálico, un robo. En realidad no me sorprende, pues sé que los humanos son seres malvados y manipuladores.

​-604, ponte manos a la obra con el dispositivo, queremos partir lo antes posible.

​-Sí, señora comandante.

​​Me dirijo a una de las habitaciones más grandes de la zona, una habitación en la que pocas veces he estado. Uno de mis compañeros, 587, me acompaña. Enciendo los aparatos bien avanzados tecnológicamente y me pongo manos a la obra con el dispositivo de control de mi nueva creación.

​​Trabajo concentrado, demasiado incluso, nada me hace parar. Apenas como y casi no duermo, hasta el punto de que algunas veces me han echado la bronca por venir a trabajar a altas horas de la noche. Agradezco que 587 me ayude, pues sin él tardaría mucho más y mi gran nave de alta tecnología se iría a pique.

​​Tres meses más tarde, mi nave está lista y nosotros ansiosos por partir hacia el planeta Tierra. La nave quedó tal y como yo tenía previsto que lo hiciera y el dispositivo de control es incluso mejor.

​​Contemplo mi invento desde la estación, ya en mi vestimenta, a punto de partir a la aventura. Estoy verdaderamente orgulloso del resultado, no podría haber quedado mejor.

​-¿Estás seguro de que este cacharro funcionará? -pregunta 587, quién se ha convertido en un buen amigo mío durante este tiempo.

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