Capítulo 1 - Segunda parte
La Deidad del Fuego
Aria seguía a Orion desde lejos, recelosa. ¿Como sabía que lo que él había dicho era verdad? No podía estar segura, así que decidió no bajar la guardia.
Los dos caminaron hasta llegar a una gran piedra preciosa color rojizo. Era un tipo de cristal bastante raro, muy poco visto en ese mundo. Era transparente y rugoso. Podía cortar cualquier tipo de metal con una de sus ojas afiladas, y resistía muy bien el fuego; en ese mundo ese material era usado para hacer armas, aun que existieran muy pocas y bien guardadas.
-¿Qué es esto? -preguntó Aria al llegar al lugar, justo delante de aquella gran piedra.
-Es aquí. -informó Orion.
-¿Aquí? -preguntó incrédula la joven. -Pero si aquí solo hay una gran piedra de cristal. ¿No me dijiste que debíamos ir al castillo de la Deidad del Fuego? -replicó Aria cruzándose de brazos.
-Y así es. El castillo se encuentra detrás de este Portal de Fuego. -se explicó el venator. -Solo tenemos que cruzarlo. -Orion chasqueó los dedos, de los cuales salió una pequeña chispa que prendió el cristal, envolviéndolo en unas vigorosas llamas.
-¡¿Cruzarlo?! -exclamo Aria. -Pero... ¡Esta en llamas! ¡Y encima eso es cristal!
-Tranquila. -dijo Orion haciendo gestos con las manos que restaban importancia al asunto. -Esto es un portal, no nos puede pasar nada malo, solo cierra los ojos y cruza lo.
Aria desconfiada se puso delante del Portal de Fuego, respirando bien fuerte. ¿Y si le estaba mintiendo? ¿Y si se hacía daño? pensó ella. ''No, Orion es muy amable, ¿porqué haría eso? Él no sería capaz.'' se obligó a pensar la muchacha.
-Oh, vamos, que tampoco es para tanto. -dijo Orion harto de esperar y la empujó hacia el llameante cristal.
Aria soltó un chillido por el susto, y de pronto, todo volvió a ser oscuro cuando la misma sensación de calidez la envolvió, tal y como la primera vez, cuando llegó a Ishidia.
Aria estaba aparentemente inconsciente, pero sentía perfectamente como atravesaba algo, que a su alrededor parecía pegajoso, pero no dejaba rastro en su ropa.
Después de eso, el mundo oscuro que había en su cabeza volvió a poseerla por completo.
-¡Aria! Vamos, despierta. No hay tiempo que perder, el señor Ishida nos está esperando. -gritó el pequeñín flotante sacudiendo a la joven.
Aria comenzó a abrir lentamente los ojos. No sabía donde estaba, lo último que recordaba era como Orion la había empujado para que cruzase el Portal de Fuego.
-¿Qué ha pasado? -preguntó frotando se los ojos, para enfocar mejor su visión.
-Cruzaste el portal, ya estamos en el castillo. -Aria se incorporó del suelo de golpe, haciéndose daño en las rodillas, pero no le importó.
-Vamos, rápido. No debemos hacer esperar a una Deidad. -dijo convencida Aria.
-¡Esto no hubiera pasado si no te hubieras quedado dormida! -exclamó Orion ofendido. Suspiró. -Ven, sígueme.
El pequeñín se levantó del suelo y volvió a flotar en el aire. Aria observó atentamente el lugar. Era un castillo muy antiguo. En las paredes y techos predominaban los colores oscuros como el marrón oscuro y el rojo ladrillo. El suelo era de granito blanco, con puntos de minerales azules, marrones y morados. Había muchas ventanas, decoradas con un marco de teca y unas cortinas rojas con bordados naranjas de lo que parecían frases en otro idioma que ella desconocía.
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La Guardiana de la Voluntad de Fuego
Fantasi''¿Eres capaz de darlo todo por proteger lo que te importa? Esa sensacion... la rosa que nunca muere en tu interior, esa será tu voluntad de fuego, porque de las cenizas de esa rosa, nace el espiritu, del espiritu la voluntad, de la voluntad el fueg...